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Cuando 50 años son nada

La escritora y editora italiana Ginevra Bompini vuelve a la Conversaciones Literarias del Hotel Formentor de Mallorca 57 años después.
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La escritora y editora italiana Ginevra Bompini vuelve a la Conversaciones Literarias del Hotel Formentor de Mallorca 57 años después.
Se ha presentado de manera casi sorpresiva, en principio no estaba en el programa de las Conversaciones Literarias, pero se ha convertido en uno de los acontecimientos entrañables de este encuentro anual de Formentor. Ginevra Bompini, escritora y editora italiana ha vuelto al hotel para compartir y participar en ellas después de 57 años de ausencia. “Aquel año de 1961 no vine como escritora, éramos muy jóvenes. Mi amiga Paola Einaudi y yo vinimos invitadas, esta es la segunda vez que participo”. Con pelo rubio, ojos claros, sonrisa serena y afable, y un poco pícara, habla de aquella experiencia que considera “maravillosa”: “Lo único que hacíamos era ir a la playa por el día, luego conversábamos por la tarde y, lo más divertido, al baile por la noche, porque entonces había baile. Eso ha cambiado y los pinos, que han crecido y están mucho más grandes”, comenta divertida. Aquel año fueron Borges y García Hortelano los ganadores. Era a finales de abril cuando el grupo de editores participantes se trasladaron por tercera vez a la bahía de Pollença, habían elegido el Hotel Formentor como sede permanente para conceder los premios y organizar los coloquios poéticos y literarios, con el apoyo de la familia Buadas, propietaria. Se invitaba a una editorial por país. “Nosotras fuimos invitadas por la editorial Einaudi de Turín, pero estaban la principales de Europa, como Gallimard de París, Seix Barral o Weidenfeld and Nnicholson de Londres. Fue una ocasión irrepetible para mí, compartir con escritores como Alberto Moravia, Italo Calvino, Cela, Henry Miller, Raymond Queneau, Gil de Biedma, Octavio Paz, Saul Bellw...era increíble, con Carlos Barral a la cabeza”. Bompini entra entonces en un terreno de anécdotas respecto a ellos. “Ahora puedo hablar porque están todos muertos (risas). Algunos se lo pasaban muy bien, al parecer, al margen de las sesiones”, comenta irónica y divertida. “Aquello era la vanguardia, reflexionaban sobre literatura, pero había también un componente político de oposición al franquismo. Creo que por eso duraron tan poco”.
Ginevra Bompiani, hija del editor italiano Valentino Bompiani, es editora, escritora, traductora y ensayista, sobre todo en relación con la literatura inglesa. Como docente, enseñó durante muchos años en la Universidad de Siena y en 2002 fundó la editorial Nottetempo, siguiendo los pasos de su padre. “Con él trabaje y aprendí el oficio. Lo poco que sé lo aprendí de él”, comenta. “La nuestra era una editorial pequeña que recopiló el legado de los grandes editores”. Con ella promovió el premio Sinbad, “abierto solo para editores independientes, para premiar a aquellos que estaban penalizados con grandes premios. Nuestra intención era la de ser lo más transparentes posible. Sólo duró un año, pero algo logramos influir en las concesión de los grandes premios, que casi siempre estaban adjudicados de antemano, y a partir de ahí, ellos comenzaron a ser también algo más transparentes”. A la pregunta de cómo valora la concesión de premios como este Formentor de las Letras, su respuesta es contundente: “Son muy eficaces y fundamentales para promocionar la literatura. La buena literatura –enfatiza- y a los buenos escritores, como en este caso Cărtărescu. Con sólo escuchar su discurso de recepción, te das cuenta de su altísimo valor literario de su obra. Seguro que este premio que acaba de recibir ayuda a que en España se conozca más su obra, junto a la labor impagable de editoriales como Impedimenta, editora de Cărtărescu en España, que han apostado por la calidad literaria. Hoy en día, estas editoriales pequeñas e independientes son, en realidad, las más grandes”, concluyó.

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