David Trueba: «Frente a la hoja en blanco no ayudan los premios»
Quizá el Atlético de Madrid pueda permitirse soñar esta temporada. Así lo haría de seguir el ejemplo de un rojiblanco de pro y cineasta (y no nos referimos a Enrique Cerezo). David Trueba vivió ayer, por fin, el trasiego de los ganadores. Se había ido de vacío unas cuantas veces: en 1995 optó por el premio al Mejor Guión Original por «Los peores años de nuestra vida»; en 1997 al mismo y al de Mejor Director Novel por «La buena vida»; en 1999 tampoco se llevó el de Guión por «La niña de tus ojos», que firmó su hermano; y en 2004 optó al premio al Mejor Guión Adaptado y Mejor Director por «Soldados de Salamina», basado en la novela de Javier Cercas. Por fin, el domingo hizo doblete (después de que en los Premios Feroz también se llevara un par de los galardones principales), además de Mejor Guión y Director, logró que «Vivir es fácil con los ojos cerrados» se alzara con el premio gordo. A pesar de eso insistía en que «la película es la gran ganadora, no tanto yo». Y eso que lo tenía un tanto complicado porque el viaje de sus tres protagonistas en busca de John Lennon en Almería por aquella España franquista es todo un canto de esperanza, y ya sabemos que a los premios les suele dar mucho más por los sufridores: «Creo que los novelistas y los directores tenemos que reconciliarnos con la gente común, que creo que están perdiendo la fe y la ilusión», responde el mediano de los Trueba (contando a su sobrino Jonás). Se siente especialmente satisfecho de que tanto su protagonista, Javier Cámara, como Natalia de Molina (Mejor Actriz Revelación) fueran distinguidos también.
Acostumbrado a poner cara de póquer por las victorias ajenas, tampoco quiere ahora que el éxito se le suba a la cabeza: «Nadie verá mi vitrina con premios. Los acabo regalando. Uno de ellos a Juan Carrión y los otros dos también lo haré. Luego hay que enfrentarse a la página en blanco y eso no ayuda nada».
El protagonismo del ministro
No quiso obviar el aspecto más político de los premios. De hecho, durante sus sucesivos discursos de agradecimiento quiso despejar la fama de que el cine español está mal visto por el público y también que todos voten al mismo partido, asegurando que convivían personas de todas las tendencias: «Cuando Zapatero ha sido presidente del Gobierno, en las galas de los Goya, también ha sufrido críticas y las reivindicaciones», asegura. Aun así considera que no se debe perder la oportunidad de ensalzar el séptimo arte en noches como la del domingo: «Es un error darle más protagonismo del que debería a la ausencia de Wert porque es una fiesta de la películas», asegura. Pese a asegurar que no se siente especialmente orgulloso de su otra profesión, el periodismo, quiso acordarse de dos figuras del medio que han desaparecido recientemente: «Gracias al cine he conocido a gente maravillosa, a grandes periodistas, Tatiana Sisquella y Concha García Campoy».