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Descubre el origen de los dichos populares más famosos de España que usamos a diario: desde el siglo XVI

Dentro del repertorio de dichos y refranes populares del castellano, algunos como "se armó la marimorena", "dar gato por liebre" o "no hay moros en la costa" son empleadas en el día a día

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Se estima que, a lo largo y ancho de la corteza terrestre, se practican alrededor de 7.097 idiomas oficiales. Es así como, a partir del contexto cultural y la sociedad de cada ubicación, en la lengua encontramos un pedazo de la historia del territorio en cuestión por la vía costumbrista. De esta manera, el castellano es una de las lenguas más cultas y extensas que se fundamenta en la razón de ser de las tierras practicantes. Mientras que, en esencia, las bases de la lengua que se aplica, por ejemplo, en Andalucía y en Castilla y León son las mismas, el rasgo distintivo se encuentra en los dichos populares y los refranes divulgados con el paso del tiempo. 

Porque entre palabras y risas la verdad asoma y, del mismo modo, que los proverbios normalizados en nuestras conversaciones como "a lo hecho, pecho" o "dar la vuelta a la tortilla" no encuentran un origen histórico, los dichos que hoy traemos tienen un sustento detrás. Por norma general, esto sucede como consecuencia del impacto de un acto pasado que se interioriza por la naturaleza de su situación. Es decir, no trasciende tanto por su reconocimiento auténtico sino por la capacidad de aplicar dicha posición en el día a día

"Se armó la Marimorena": del siglo XVI a la actualidad

Nos hemos de remontar al siglo XVI para conocer la historia de una de las expresiones más populares de todo el castellano. María Morena era una dueña de una taberna ubicada en Madrid. Un día cualquiera un grupo de soldados acudió a su establecimiento para sanar su sed a golpe de vino, aunque eso sí, sin pagar una sola moneda

Finalmente, la propietaria de la tasca se negó rotundamente a ofrecer a los milicianos vino a cambio de nada y la tensión propició una contienda entre puños y gritos que es recordada hasta el día de hoy. Es por eso que su comentario en la actualidad anuncia el preludio de un conflicto próximo, aunque no solo tiene un uso peyorativo sino que se emplea con un significado más general.

"Dar gato por liebre": un origen extraño

La verdad puede sorprender a muchos, ya que, su inicio cuenta con una literalidad seguida al pie de la letra. En efecto, los mercaderes del mundo antiguo comercializaban con carne de liebre por su popularidad en las casas de mayor prestigio al ser una carne muy agradecida. Sin embargo, algunos de estos vendedores engañaban a sus clientes con la venta de carne de gato en sustitución a la antes mencionada. Por tanto, la aplicación en nuestros días viene a ser la misma, un engaño de principio a fin.  

"No hay moros en la costa": un cuento de piratas

Hace siglos las costas españolas estaban acechadas por un peligro incesante que velaba por sus propios intereses sin piedad algunas. De esta manera, los piratas berberiscos, de origen musulmán, atacaban las localidades españolas saqueándolas y expropiando sus bienes materiales. Por tanto, esta expresión se popularizó por las alertas que emitían los soldados que tenían la tarea de informar a su pueblo sobre la proximidad de este fenómeno

"Más se perdió en Cuba": de la guerra al bar

Los que hablamos castellano a menudo lo hacemos en hipérbole, en una exageración continua. De este modo, nos referimos a esta frase para quitarle hierro al asunto. Pero en realidad, su naturaleza se ubica en la pérdida de las últimas colonias españolas en la Guerra de Independencia cubana que concluyó en el año 1898. Además, durante este periodo también se produjo la perdida de Puerto Rico, Filipinas y Guam, que pasaron a ser dependencias coloniales de Estados Unidos. 

"Estar entre Pinto y Valdemoro": uno de los clásico 

Dos pueblos de Madrid tan juntos como la indecisión de nuestros actos. En esta disyuntiva se encuentra el origen de este dicho popular. Antiguamente, cuando los forasteros visitaban estos pueblos, la cercanía de los mismos provocaba confusión y era difícil determinar cuando acababa uno y empezaba otro. Ahora es empleada desde todos los puntos que presentan una doble alternativa o en los hechos que no cuenta con una decisión clara por parte de la persona.