Diógenes se apuntó a la danza

Un mes tiene por delante –del 9 de diciembre al 10 de enero– Diógenes de Sínope para convencer al público del Español de que para llegar a la honestidad humana se necesita renunciar a cualquier bien material.

Opción que escogió en su día el filósofo de la Escuela Cínica, apostado por el uso social de la palabra hasta su última consecuencia y evitado distracciones que que centren el punto de atención. Un paisaje mínimo, pero cargado de significado.

Lo que pasa es que esta vez no se remontará a sus orígenes de una manera tan fiel. Lo hará a través del «espectáculo total», defiende la compañía que le recupera, Losdedae. Mediante la danza, «El cínico» de Chevi Muraday ahondará en el límite y la relación entre música e interpretación con la idea de llegar al «dancierto», mezcla de concierto y danza.

«Buscamos establecer una convivencia entre los músicos y el propio protagonista, más allá de la partitura. Donde la interpretación musical es causa y, en ocasiones, efecto del conflicto que se genera en la escena», afirma Muraday. El director se atreve a subirse al escenario para bailar con la única compañía de tres músicos.

Así, el Diógenes que renace en la sala Margarita Xirgu compartirá con el original un mundo de aglomeración y acumulación en el que los elementos de la escena van cobrando importancia por pertenecer a ese universo del protagonista y, en esta ocasión de la coreografía a la que ha puesto texto Pablo Messiez.