El nuevo código de la circulación: asfalto inteligente y Air Bag exterior
No solo los vehículos autónomos han tenido un enorme impacto: el 5G, los nuevos materiales y la educación nos han conducido por un nuevo camino
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No solo los vehículos autónomos han tenido un enorme impacto: el 5G, los nuevos materiales y la educación nos han conducido por un nuevo camino.
Ya en 2015 intuíamos lo que nos esperaba en el futuro. La tecnología Bluetooth eliminó la necesidad de que usemos nuestros teléfonos mientras conducimos, había cámaras a bordo que nos ayudaban a navegar por lugares difíciles, sobre todo al aparcar, tecnología de prevención de colisiones, velocidad crucero conectada, sensores y los primeros vehículos con cierta autonomía y con detección de peatones. Quince años después, lo que intuíamos ha quedado muy por debajo de la realidad.
Sistemas de tráfico inteligentes
Los sensores colocados en semáforos, señales, pasos peatonales, otros vehículos y hasta en los peatones (a través de los smartphones) han permitido que los coches autónomos actúen con ojos propios a la hora de evitar accidentes. Esto ha permitido reducir los atascos en las entradas a las ciudades y en los puntos clave de las grandes urbes al desviar el flujo de automóviles y motos por otros puntos dependiendo del destino. La consecuencia directa ha sido una notable reducción en la cantidad de choques por frenadas o desatención y una menor contaminación fruto del una velocidad más constante de conducción.
Vehículos autónomos
La ecuación siempre fue obvia. El error humano es la principal causa de accidentes de tráfico en la actualidad. Si llegábamos a un punto en el que la mayoría de los automóviles fueran autónomos, el factor humano disminuirá a casi cero. El 5G (y más aún la ansiada llegada del 6G en 2031, en dos años) ha reducido la latencia y la comunicación entre vehículos es constante, al igual que los sistemas de alerta peatonal que avisan primero al coche, luego al conductor y por último al peatón si hay algún problema. De hecho, actualmente la mayoría de los incidentes están provocados por peatones que cruzan sin mirar...lo que no sea su teléfono móvil. Todos los conflictos vinculados a la autonomía de este medio de transporte terminó cuando nos dimos cuenta de que son una herramienta que precisa del elemento humano para funcionar, no vale cerrar los ojos y dejarlo actuar. A cambio ellos nos avisan de las mejores rutas, reducen el tiempo de viaje, el gasto de combustible y amplían la vida útil del motor. Todos ellos están preparados para evitar que conduzca una persona con alto contenido de alcohol en sangre y se detiene automáticamente en zonas preparadas si detecta signos de cansancio.
Conectividad
Una de las claves de la seguridad vial es la anticipación: ver al peatón que está por cruzar, al vehículo que va a frenar, etc. Gracias a la conexión con miles de sensores ubicados en todo el trayecto, los vehículos autónomos podrán navegar de manera segura a la vuelta de una esquina, ya que «ven» lo que está ocurriendo allí mucho antes que nosotros siquiera lleguemos. En el caso de que se presenta un obstáculo (peatón, ciclista, obras...) no solo se aplicará el freno, también es posible modificar al instante la presión de las ruedas y en algunos vehículos hasta el chasis para disminuir las consecuencias de una colisión.
Nuevos materiales
Actualmente muchos vehículos están fabricados con materiales con diversas propiedades, algunos de ellos llevan en zonas específicas de la carrocería zonas amortiguadas (una suerte de air-bag exterior) para casos de colisión con peatones. Los neumáticos también están preparados para cambiar su dibujo dependiendo de las condiciones meteorológicas (lluvia, nieve, arena, pavimento, barro, etc.) y hasta las carreteras tienen un propósito, más allá del de ejercer de medio. Gracias al uso de asfaltos inteligentes, ya no es necesario detenerse para cargar las baterías. Mediante el uso de la transmisión inductiva de electricidad se puede cargar vehículos eléctricos mientras está en pleno movimiento. Esta tecnología, desarrollada en el año 2018 por la empresa ElectReon, ha posibilitado un cambio de paradigma en el uso de combustibles fósiles y en el cambio climático.