Ellroy, llueve sobre mojado
Pincha en su nueva obra «Esta tormenta», una historia inacabable llena de hechos triviales
La novela histórica tiene una variante en la «ficción histórica», donde prima lo documental sobre la Historia misma, con particular atención a la vida cotidiana y los comportamientos más nimios de los protagonistas, ya sean reales o ficticios. En «Esta tormenta», Ellroy sigue con su particular memoria histórica fijada en los turbulentos años de la Segunda Guerra Mundial, tras el ataque a Pearl Harbor, con los mismos policías corruptos de «Perfidia». Sin diferenciar entre realidad y ficción ni entre personajes reales y ficticios. Esa confusión se extiende al narrador, pues en la misma frase pueden colisionar tres narradores en presente y en pasado, en segunda o tercera persona, con advertencias directas al lector.
Cierto que el abuso de los tres narradores es ocasional. El triple narrador ya lo había utilizado en la «Trilogía Americana», pero es en esta obra donde la mezcolanza llega a extremos de virtuosismo o ineficacia, según sea quien aprecie o no dicho recurso narrativo. Es más frecuente la frase corta, repetitiva y machacona para crear un ritmo «staccato». Si se le añade una prosa de informe policial enumerativa y fría y apelaciones directas al lector –«Observemos al defensor desastrado... Fijémonos en el folleto del hipódromo...»–, el resultado es un relato distante, desabrido, en el que el lector tiene dos opciones: abandonarse a esa melopea, a sabiendas de su petulante artificiosidad, o dejar la lectura. ¡Que te den, Ellroy!
Quienes optaron después de «Perfidia» por seguir con «Esta tormenta» –un verso tomado de Auden, «Esa tormenta, esta catástrofe devastadora»–, encontrarán los mismos alicientes: idéntica confusión narrativa, el mismo desinterés por el lector y similar sobreabundancia de hechos triviales y megaexcesos de los mismos policías de Los Ángeles corruptos y racistas. Ellroy no deja títere con cabeza: ninguna corrupción ni violencia le son ajenas. Todos los estamentos políticos, sociales y mafiosos convergen con actores y directores de Hollywood y sus preferencias sexuales en esta novela inacabable: Orson Welles y Barbara Stanwyck alternan con nazis, falangistas y estalinistas sin pudor. El caos, la confusión ideológica y política son idénticas. Un revoltijo de épica huera. Como la combinación de relato tradicional y experimental. Juegos retóricos que imitan el estilo sincopado del bebop, con sus fugas y repeticiones. Un ritmo que se entremezcla con la jerga y la prosa telegráfica del informe policial.
Personajes sin entidad
La obsesión del último Ellroy es documentar hasta el más mínimo detalle los pensamientos y desvaríos de unos personajes que a fuer de sintéticos carecen de entidad. Ese estilo documental obsesivo expulsa al lector del relato. Nada avanza ni retrocede a lo largo de las setecientas páginas de «Esta tormenta» inacabable. Estos dos novelones de Ellroy, en los que abusa de una vacua retórica con sobreabundancia de trivialidades, tienen una ventaja: leídas las cien primeras páginas, leídas las cien finales. Al carecer de una historia coherente el lector puede ahorrarse leerla completa.
Sobre el autor
Con una obra monumental como «La dalia negra» y «L.A. Confidencial», Ellroy pretende rematar el segundo Cuarteto de L.A, iniciado con «Perfidia» y «Esta tormenta»
ideal para...
lectores contumaces de la obra de Ellroy, enganchados como un yonki a su prosa sin alma
un defecto
La voluntad artificiosa de estilo del autor de novelas magistrales como «Los Ángeles Confidencial»
una virtud
Ellroy sigue teniendo el don de los diálogos rápidos y mordaces, donde es un maestro
Puntuación
6
«ESTA TORMENTA»
James Ellroy
RANDOM HOUSE
672 páginas,
22,90 euros