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Eloy Arenas: “Como nos tomemos en serio estamos perdidos”

Es uno de los actores que iniciaron “Burundanga” en 2011 y que ahora vuelve al teatro Maravillas para afrontar su novena y última temporada
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Es uno de los actores que iniciaron “Burundanga” en 2011 y que ahora vuelve al teatro Maravillas para afrontar su novena y última temporada.
Era junio de 2011 cuando el Teatro Maravillas estrenaba «Burundanga», de Jordi Galcerán, con alguna polémica porque hablaba del final de ETA. ¿Cómo hacer comedia de un hecho dramático, que tanto dolor producía y produce? Estaban previstas siete semanas en cartel y, tras varios años en el teatro Lara, vuelve al Maravillas para iniciar su novena temporada. Eloy Arenas es uno de los supervivientes del elenco inicial. Berta, joven estudiante, está embarazada de Manel, pero no se ha atreve a decírselo, no sabe qué hacer ni si su novio la quiere. Su compañera Silvia le ofrece la solución: burundanga.
–¿Ha comparado la foto del estreno con la de ahora?
–Sí, y la verdad es que he salido ganando (risas). Creo que cualquier tiempo pasado no fue mejor, uno admite lo que es y cómo es ahora más fácilmente que hace ocho años, acepto lo que soy de manera muy grata, me miro, me comparo y no encuentro nada mejor.
–¿Qué tiene el agua para que la bendigan?
–Burundanga es una ducha de risas tan higiénica que resulta terapéutica. Un libreto muy bien escrito, una carpintería perfecta y con la dirección de Olivares, que borda la comedia con ritmo. Desde el principio no hay tiempo más que de respirar y reír.
–¿La gente sabe qué es la escopolamina?
–No, nadie lo sabe, pero te acercas al chivato Google y...
–En Sudamérica la llaman «aliento del diablo».
–La burundanga es una composición cuyo principal excipiente es la escopolamina y tiene la capacidad de hacer perder la voluntad, te hace vulnerable. No te deja mentir, solo obedecer, por eso la llaman «la droga de la verdad».
–Hay quien la usa con intenciones aviesas.
–Aquí es un pretexto para contar una historia divertida, sana y amable. Lo terrible es usarla para cometer delitos tremendos. La justicia debe castigar duramente el uso mezquino, brutal, verraco y bellaco de estos delincuentes, su utilización maligna no se puede consentir.
–Hacer comedia con el terrorismo levantó ampollas.
–Es que no es una obra ideológica, lo que hizo el autor fue anticiparse a los hechos, se dice en ella que ETA no se ha separado, sino que se ha ido disolviendo como un azucarillo.
–¿El humor quita dramatismo a las peores tragedias?
–Afirmó alguien que cuando un pueblo hace humor de sus tragedias está en trance de superarlas. El humor es un disolvente, todo lo que toca lo transforma, se pueden decir cosas increíbles a través de él, como han hecho Cervantes y Shakespeare.
–¿Cómo puede reírse uno de sus propias miserias?
–El humor es un transformador, es el único mecanismo que tenemos para defendernos, lo que llamo reírse en defensa propia porque te ríes de la muerte. Le estás diciendo, vas a ganar la guerra, pero yo voy a ganar todas las batallas, ese es su objetivo, pero se necesita distancia, con el tiempo la tragedia es comedia.
–¿El humor es una cosa muy seria?
–Lo más serio que existe.
–¿No está cansado de repetir durante ocho años lo mismo?
–No, y me preguntan cuál es el secreto. No hay secreto, es que lo paso bien. ¿Por qué? Porque no soy yo quien sube al escenario, es mi personaje, y él es capaz de crear todos los días algo nuevo y yo me dejo llevar, ya no tengo nervios sino adrenalina.
–¿Qué hace un humorista el día que está hecho polvo?
–Como he comentado, al escenario sube mi personaje, yo dejo que se sienta libre, él no sabe de mi vida, si tengo problemas o no, tiene los suyos propios y trata de resolverlos en ese momento, los míos me los guardo y no se los cuento nunca.
–¿El verdadero humor es reírse de uno mismo?
–El verdadero humor empieza por uno mismo, es lo que yo llamo inmolarse o también «ironizarse encima». ¡Cuando tú te ironizas encima te quedas tan a gusto! Porque la ironía es limpiadora y la inmolación desarma al otro, lo disuelve.
–¿Los españoles sabemos hacerlo?
–Se nos da mejor reírnos de los demás, pero hay esperanza, estamos aprendiendo y es lo mejor que nos puede pasar porque reírse de uno mismo da salud, como nos tomemos en serio estamos perdidos. Lo contrario de divertido no es lo serio, es lo aburrido, se puede ser serio y divertido.
–¿Qué tal sienta tener una calle en su pueblo?
–Tengo una en Dolores, donde nací, y otra en Alicante, la ciudad de mi adolescencia. Son dos calles y, según la ley del Monopoly, con tres tengo derecho a Hotel.

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