Excelso profesor
Con la muerte de Palacio Atard, cuando oteaba el cabo de los 94 años, desaparece uno de lo grandes historiadores españoles de las últimas siete décadas. Investigador riguroso, trabajador incansable, fue autor de más de 200 publicaciones. La mayoría de ellas son de referencia obligada en nuestra historiografía. El profesor accedió a la cátedra en la Universidad de Valladolid cuando apenas contaba con 28 años. Y de allí se trajo el mayor bien de toda su peripecia personal, a su mujer Lola. Vuelto a Madrid, desarrolló su carrera docente en la Complutense. Don Vicente concebía la historia como un saber de concordia entre los hombres, rechazando el papel de sierva de la política partidista. Asumir el pasado en su totalidad, como pedía Ortega y Gasset, para poder acceder al futuro. La historia no tiene por misión juzgar, absolver o condenar y, menos, desde planteamientos maniqueos. Palacio Atard alcanzó esa categoría excelsa de maestro, que es aquel que forma a sus alumnos, no sólo en el ámbito intelectual, sino también en el moral. A nosotros, sus discípulos, nos empujó siempre a la búsqueda de la sabiduría, que es algo más que el mero conocimiento, con el ejemplo y la modestia propios de quienes merecen el calificativo de sabios. A lo largo de su vida, manifestó siempre una enorme pasión por su trabajo y un amor extraordinario por su familia, su Vizcaya natal y su España, a la que defendió siempre con rigor intelectual. Vasco de «txapela» y de «chapela», fue uno de los mejores conocedores de la lengua de Cervantes entre los historiadores. Académico de número de la Real Academia de la Historia, doctor honoris causa por varias universidades españolas y extranjeras, miembro destacado de instituciones académicas de dentro y fuera de nuestro país, nos legó su preocupación por el mejor conocimiento de la Historia. Supo transmitir a decenas de profesores, que seguimos de su mano el camino, el mejor sentido de un saber sin el cual el individuo y las sociedades difícilmente se comprenden a sí mismos. Adiós, maestro.
*Real Academia de Doctores de España