Política Cultural
Fernando Benzo: «Cuento los días que faltan para bajar el IVA cultural»
Fernando Benzo / Secretario de Estado de Cultura. Desde hace cinco años está al tanto de cada paso que se da en el Ministerio. Lleva menos de un mes en el cargo y ya tiene un ambicioso plan sobre la mesa. Ganas de empezar no le faltan
Desde hace cinco años está al tanto de cada paso que se da en el Ministerio. Lleva menos de un mes en el cargo y ya tiene un ambicioso plan sobre la mesa. Ganas de empezar no le faltan
Nació en Madrid en 1965. Se licenció en Derecho por la Universidad Pontificia de Comillas y es miembro del Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado desde 1994. Se confiesa apasionado del cine y fiel de la saga de «La guerra de las galaxias» (fue aquella salida la primera vez que le dejaron sus padres ir al cine solo y con sus amigos), cuya nueva entrega, «Rogue One», no piensa perderse el próximo día 15. Cuenta las horas que faltan (aunque no es lo único que cuenta, si no, ya lo leerán). Está casado y es padre de tres hijos en plena adolescencia. No quiere que se le llame escritor, aunque es autor de siete libros (y ganador del Max Aub de relatos breves) y a él se debe la reactivación del Plan Estratégico de la Tauromaquia. Va de frente.
–Usted se considera cinéfilo por definición. No falta a un estreno. En esta ocasión acudirá a la gala de los Goya como secretario de Estado de Cultura.
–Serán mis quintos premios, aunque los primeros en este cargo.
–¿Por qué es una ceremonia que año tras año da que hablar?
–Porque gusta la polémica. Siempre lo he pasado muy bien. La crítica hay que encajarla con sentido del humor y deportividad. Es una fiesta, y en ella se puede hablar con sentido del humor y yo voy siempre con el mismo espíritu, aunque sé que en esta ocasión me puede caer la broma a mí. Y si es así lo encajaré con deportividad.
–¿Cree que el irregular funcionamiento en taquilla de la nueva película de Fernando Trueba, «La reina de España», es producto del boicot por las declaraciones que hizo?
–Hay que ser muy respetuoso con los creadores; se puede estar de acuerdo o en desacuerdo, pero hay que respetar. No voy a analizar lo que ha sucedido. El principio inspirador de la cultura es la libertad. Yo le respeto como creador y como cineasta, otra cosa es que comparta lo que diga.
–Llega a la Secretaría de Estado de Cultura con un ánimo conciliador y la mano tendida hacia el mundo de la Cultura. ¿Es la única manera de sentarse a hablar para conseguir llegar a acuerdos?
–No es imperativo político. Méndez de Vigo es dialogante y dado al acuerdo y al consenso. Comparto esos valores, es mi forma de ser. A mí me gusta más el acuerdo que la discusión. No hay trampas en la forma de ser. Quiero tender una mano al sector y a los demás grupos políticos. Pero me he dado cuenta de que las otras manos también están tendidas.
–De lo que se deduce que existen en el sector ganas de remangarse para empezar a trabajar.
–La gente lo que quiere es que se arreglen los problemas. Cada sector posee su realidad y sus problemas y lo que tenemos que hacer es hallar las mejores soluciones posibles. Hemos anunciado que vamos a lanzar el Plan Cultura 2020 que queremos que reciba aportaciones de todos los grupos políticos, no sólo de las del partido en el Gobierno. No se trata de colocarse medallas individuales, el que pretenda celebrar un éxito individual se estará equivocando.
–¿Y en qué va a consistir el Plan de Cultura 2020?
–La idea es que abarque todos los sectores. Partimos de la base de considerar la política cultural no como una serie de compartimentos estancos. No es un plan de promesas sino de medidas factibles, después veremos el nivel de cumplimiento que podemos alcanzar. No va a haber ni fantasías ni promesas. Y en ese sentido están las líneas que uno puede imaginar: que las industrias culturales progresen, ser más eficaces contra la «piratería», fomentar la lectura, que crezca la oferta y la demanda cultural..., y eso abarca a todas las industrias.
–Habla de la lacra de la «piratería». El ministro Méndez de Vigo anunció la creación de una Fiscalía para tratar este tipo de delitos. ¿Qué pasos se están dando? ¿Se puede hablar de penas de cárcel para quienes roben contenidos?
–El ministro de Justicia ha tenido la cortesía de permitir al de Cultura hacer el anuncio. Ahora vamos a dejarle que trabaje.
–Es un tema que en la anterior legislatura ya estuvo en el punto de mira del Ministerio. Dígame algo concreto que vayan a hacer en este sentido.
–En esta legislatura vamos a luchar para intentar consolidar una generación «antipiratería» y a abrir el foco en la lucha. Se van a reforzar los mecanismos administrativos –somos conscientes de sus limitaciones–, pero que tenemos que reconocer que están funcionando con eficacia, aunque sean mejorables. El foco contra la «piratería» está en las nuevas generaciones. Hay que realizar una intensa labor de educación y concienciar a los jóvenes de que «piratear» es robar e incumplir la Ley. Vamos a intentar interiorizarlo, en los medios de comunicación, en los centros escolares y hemos pedido la colaboración a las entidades de gestión, así como a otros ministerios. Ya está en marcha.
–Otro tema sobre la mesa es el canon digital después del fallo del Tribunal Supremo que declara «inaplicable» el sistema con cargo a los Presupuestos Generales del Estado.
–No debemos actuar a remolque de ninguna sentencia. Mi posición es abrir una reflexión, que no quiere decir que esté justificada por esa sentencia. Sin ella habría planteado la misma cuestión. Habíamos creado un sistema que no encaja con la realidad, al margen de la legalidad, es decir que la compensación por copia privada pasaba a depender de los Presupuestos Generales del Estado en un escenario económico en el que éstos no tenían capacidad para hacer frente a esa carga que recaía sobre ellos y era necesaria esa reflexión: no todos los ciudadanos pueden asumir el coste por la compensación por copia privada. No vamos a tomar el modelo anterior como referencia, pero la base es el patrón que existía, con los matices que haya que hacer adaptándolo a una realidad que cambia constantemente; por ahí va a ir la solución.
–¿Cuándo va a bajar el IVA cultural al 10%? ¿Puede hablar de plazos?
–No puedo dar plazos. Lo que está claro es que ha habido un pacto para dar un primer paso de manera inmediata, que es la bajada del IVA de los espectáculos en vivo a ese 10%. Ésa es la primera fase, y posteriormente se reducirá el del cine. Dependemos de variables como la evolución de la economía o la capacidad de crecimiento. Hemos vivido en estos años una etapa inédita en la que ha sufrido el sector cultural y de la que estamos recuperándonos. Lo que no me gustaría es que parezca que los únicos que han sufrido han sido las industrias culturales. Para ellas mejorará la fiscalidad. Cuando la economía se consolide tendremos más alegrías en el ámbito cultural. Como secretario de Estado de Cultura, cuento los días para que baje el IVA cultural. El compromiso existe y la intención de que en esa segunda fase baje el del cine, eso está ahí. No puedo decir que sea el año que viene porque no soy el ministro de Hacienda.
–La puesta en marcha de la Ley de Mecenazgo, la gran apuesta del anterior secretario de Estado, quedó en un deseo. ¿Va a convertirse en una realidad en esta legislatura? ¿Podría adelantar algún porcentaje de desgravación fiscal?
–No le voy a dar datos de desgravación. Vamos a trabajar en ella, y voy a ser valiente y me atrevo a decir que antes de que acabe la legislatura habrá una. Todos los grupos políticos lo quieren. Las posibilidades de que trabajemos juntos para que exista son muy altas. Ya se han puesto en marcha medidas con resultados interesantes en el caso, por ejemplo, del cine. Cada vez que se abre en esta sociedad un canal para el mecenazgo se comprueba que el ciudadano y la empresa acuden inmediatamente. Sí hay un ansia de mecenazgo y tenemos que canalizarla.
–Para poner en marcha todas estas medidas las diferentes fuerzas políticas tienen que sentarse en la misma mesa y trabajar codo con codo, colaborar. ¿Existe esa idea de remar en el mismo sentido o son sólo buenas intenciones?
–Yo creo que la cultura es una fuente de felicidad, más amplia que la mera risa o la sonrisa. Nos hace pensar, sentir, disfrutar, reír y todo eso hace más feliz al ser humano. Si tienes vocación de servicio y quieres conseguir que los ciudadanos sean más felices, les tienes que poner sobre la mesa una oferta cultural. Me gustaría sacar la cultura del debate político de cada día. Es mi visión y puede sonar a un mundo feliz o a excesivamente buenista, pero es lo que pienso. Llegar a acuerdos es complicado y es necesario ceder. En el mundo de la cultural, al final hay un punto en el que te encuentras. He mantenido ya varios contactos, por ejemplo, con gente del cine. Poseen esa visión de que no se los está cuidando con el tema del IVA y parece que al Partido Popular no le gusta el cine. Y no es así. Cuando hablas te das cuenta de que lo que quieres es lo mismo, y te encuentras.
–El estatuto del artista parece que se va a convertir en realidad.
–Su demanda está en el programa de todos los partidos, todos los apoyábamos. Hay que reunirse y delimitar los parámetros y no tener prisa, sino reflexionar despacio y de manera profunda.
–El buque insignia de la cultura, el Museo del Prado, tiene que buscar nuevo director tras el anuncio de Miguel Zugaza de que deja la dirección. ¿Cómo va a plantearse la transición?
–En El Prado no va a pasar nada. Siento admiración y respeto por Zugaza. La pinacoteca es un buque insignia en parte gracias a él. Deja la institución perfectamente ordenada y en la línea de salida para ser uno de los princiaples museos del mundo, pero la vida sigue sus ciclos y hay que respetarlos. El Prado tiene un magnífico presidente, un patronato y grandes profesionales. Quien ocupe su puesto va a ser otro estupendo director. Él ha dado más que estabilidad, ha ordenado la institución y la ha puesto en órbita. Todos pasamos, hasta Miguel Zugaza.
–En breve va a tocar hablar del acuerdo de renovación de la colección de la baronesa Thyssen, que es como una espada de Damocles que pende cíclicamente de las cabezas de los responsables de Cultura.
–Al Museo Thyssen, que es un museo nacional, algo que quiero subrayar, hay que prestarle la máxima atención. Por un lado, está la colección permanente, que forma parte del Estado, y por otro la de la baronesa, la suya personal. Llevo cinco años en una estrecha relación de colaboración con ella. Tenemos que sentarnos a repensar esa fórmula anual de renovación y hallar el punto de encuentro entre los intereses de ella, que ha sido muy generosa, para hacerlos compatibles con los del Estado. Es una situación a la que hay que dar estabilidad, pero respetando los intereses de ambos.
–¿Con una fórmula que pase por el pago de un alquiler como Carmen Thyssen ha señalado en varias ocasiones?
–No tomamos las decisiones más que en el marco de una determinada situación económica y presupuestaria, y es impensable –y la baronesa lo sabe– que la situación actual impide afrontar una decisión de ese tipo. Sería engañarnos pensar otra cosa. Insisto: estamos hablando de la colección que está prestada, la permanente no forma parte de este debate. Plantear una solución económica en estos momentos no sería realista.
El IVA de e-book y prensa digital bajará del 21% al 4%
El ministro de Economía, Luis de Guindos, anunciaba ayer que el Gobierno modificará el IVA de las revistas, periódicos y libros digitales al de los impresos, con lo que la tasa bajará del 21% actual al 4%. El ministro aseguró al término de la reunión de ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea, el Ecofin, que «la idea es la convergencia hacia los tipos de IVA que tiene la prensa escrita» y precisó que se trataría de una convergencia «total». De Guindos confirmó de esta manera que el Ejecutivo reducirá el IVA de prensa y libros digitales, que ahora está en el 21 %, al mismo nivel que los productos tradicionales (4 %) e indicó que la rebaja se producirá en una sola vez, no de forma gradual, aunque no precisó la fecha en que el Ejecutivo prevé introducir esta reducción ni tampoco el coste que tendrá la medida en las arcas públicas.El Gobierno español acoge así la medida propuesta por la Comisión Europea la semana pasada de aplicar a los libros en formato digital o los diarios en línea un tipo reducido como el que tienen los físicos en papel. Esta propuesta, que no era vinculante para los países, se enmarca dentro de un plan de medidas presentado por Bruselas para simplificar las normas de IVA con el fin fomentar el comercio electrónico, que fue abordado ayer por los ministros de los Veintiocho. El paquete propone además que las empresas que venden productos a través de internet puedan tramitar todas sus obligaciones relacionadas con el IVA a través de un mismo portal y en su idioma, dependiente de la autoridad administrativa fiscal de su país.
Tanto desde la Asociación de Editores de Diarios Españoles (AEDE) como desde la Federación de Gremios de Editores (FGEE) se había pedido en reiradas ocasiones una reducción del IVA para prensa, revistas y libros digitales que pusiera fin a la desigualdad existente y los situara al mismo nivel que los ejemplares de papel.
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