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Así es el Old Spanish Trail, el Viejo Sendero Español que une Santa Fe y Los Ángeles atravesando el lejano oeste de Estados Unidos

Las primeras exploraciones que contribuyeron al establecimiento de esta ruta se remontan a 1765, cuando el español Juan María de Rivera exploró el suroeste de Colorado y el sureste de Utah.
Panel informativo del Old Spanish Trail, el Viejo Sendero Español, en Estados Unidos
Panel informativo del Old Spanish Trail, el Viejo Sendero Español, en Estados Unidoshttps://oldspanishtrail.org/
La Razón

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El Old Spanish Trail es una de las rutas históricas más emblemáticas de Estados Unidos, que transporta a quienes la exploran a una era de pioneros, comerciantes y aventureros. Esta vasta y compleja red de caminos, que abarcaba desde la colonización española hasta el siglo XIX, fue esencial en el desarrollo económico y cultural del suroeste norteamericano. En este artículo, descubrirás qué es el Old Spanish Trail, quién lo creó, sus detalles geográficos y su importancia en la actualidad. Exploraremos cómo esta ruta ha perdurado en el tiempo y su estado actual, si es transitable y si está señalizada, entre otros aspectos.
El Old Spanish Trail es una histórica ruta comercial que unía Santa Fe, Nuevo México, con Los Ángeles, California. A lo largo del siglo XIX, esta ruta fue una arteria vital para el comercio entre lo que entonces eran territorios de México y los Estados Unidos, pasando por vastas zonas desérticas, montañosas y ricas en cultura y biodiversidad.
El nombre “Old Spanish Trail” puede generar cierta confusión, ya que, a pesar de su nombre, no fue completamente desarrollada ni trazada por los colonizadores españoles, sino que se consolidó como una ruta comercial durante el período de la expansión territorial de México en Norteamérica. Sin embargo, sí que fueron los españoles quienes lo idearon y sentaron las bases de lo que actualmente es.
La Ruta del Viejo Sendero Español fue utilizada principalmente entre 1829 y mediados de la década de 1850. Durante este periodo, miles de personas, desde colonos hasta comerciantes nativos y exploradores, transitaron por sus difíciles senderos, contribuyendo al crecimiento de las poblaciones a lo largo de su recorrido.
El Old Spanish Trail no fue "creado" en un sentido estricto como un proyecto único o delineado por una autoridad. Más bien, fue el resultado de la amalgama de diversos caminos preexistentes utilizados por los indígenas americanos, los colonos españoles y los comerciantes de México. Las primeras exploraciones que contribuyeron al establecimiento de esta ruta se remontan al siglo XVIII. En 1765, el español Juan María de Rivera exploró el suroeste de Colorado y el sureste de Utah, lo que sentó las bases de la parte oriental de lo que luego sería la Old Spanish Trail.
En 1776, los misioneros franciscanos españoles Francisco Atanasio Domínguez y Silvestre Vélez de Escalante iniciaron una expedición para encontrar una ruta por tierra desde Santa Fe (hoy Nuevo México) hasta las misiones católicas en California, en particular a la de Monterey. Ambos iban acompañados de Bernardo Miera y Pacheco, un cartógrafo, y otros ocho hombres desde Santa Fe a través del oeste del actual estado de Colorado hasta el Valle de Utah, ahora en el estado de Utah. A lo largo de la travesía fueron ayudados por tres guías timpanog ute. Debido a las dificultades experimentadas durante el viaje, el grupo no alcanzó las Californias, pero regresó a Santa Fe a través de Arizona. Aunque su expedición no llegó a completar la ruta, establecieron partes de la misma que serían utilizadas posteriormente. Al mismo tiempo, exploradores españoles como Juan Bautista de Anza y Francisco Garcés también contribuyeron a la cartografía de la región, aunque sus caminos a través del desierto de Mojave y otras áreas no formaron parte integral del Old Spanish Trail.
Fue en 1829 cuando el comerciante mexicano Antonio Armijo logró establecer una conexión viable entre Santa Fe y Los Ángeles. Armijo dirigió una expedición comercial de 60 hombres y 100 mulas, utilizando un atajo descubierto en 1828 por Rafael Rivera. Esta hazaña conectó las rutas de las expediciones anteriores de Rivera y de Domínguez y Escalante, creando un camino directo a las cercanías de la Misión de San Gabriel a través del desierto de Mojave.
La expedición de Armijo fue un éxito rotundo, lo que permitió que el gobernador de Nuevo México comunicara inmediatamente la noticia a las autoridades en Ciudad de México. La importancia de esta ruta para Nuevo México fue inmensa, ya que rompió con el aislamiento de Santa Fe y abrió la puerta al comercio exterior a través de los puertos californianos. Como resultado de su éxito, Armijo fue nombrado "Comandante por el descubrimiento de la ruta de California".
El nombre Old Spanish Trail tiene su origen en una publicación de 1845, que recogía la crónica de la expedición realizada por John Charles Frémont en 1842 a través de las Montañas Rocosas, dirigida por el Cuerpo Topográfico de los Estados Unidos. Aunque la expedición tuvo lugar en una zona que en ese momento pertenecía a México, el nombre de la ruta reconocía el hecho de que parte del camino ya había sido conocida por los exploradores españoles desde el siglo XVII.
La publicación de la crónica de Frémont en un contexto de fuerte sentimiento expansionista, impulsado por la doctrina del Destino Manifiesto, causó gran sensación en Washington D.C. Este fervor político estaba enfocado en la idea de que Estados Unidos debía expandirse por todo el continente, lo que finalmente llevó a la guerra entre México y Estados Unidos (1846-1848), y a la anexión de territorios como California y Nuevo México. El impacto de la expedición de Frémont fue significativo, ya que ayudó a fortalecer la narrativa de expansión y, al mismo tiempo, consolidó la importancia de la ruta en el comercio y la política internacional.
El Old Spanish Trail abarca aproximadamente 4.230 kilómetros (2.640 millas), convirtiéndolo en una de las rutas comerciales más largas y complejas de la historia de Estados Unidos. Este impresionante tramo cruza desde el noreste de Nuevo México, en Santa Fe, hasta el suroeste de California, en Los Ángeles.
El recorrido cubre una amplia diversidad de paisajes, incluyendo desiertos áridos, montañas empinadas y zonas ribereñas, lo que hacía que los comerciantes enfrentaran desafíos extremos, como temperaturas abrasadoras, la escasez de agua y el difícil acceso a alimentos.
El principio del Old Spanish Trail se encuentra en Santa Fe, la actual capital de Nuevo México. Santa Fe, que fue una de las ciudades más importantes del periodo colonial español en América del Norte, servía como punto de partida de muchos comerciantes que buscaban expandir sus negocios hacia el oeste, en dirección a California.
El final de la ruta histórica estaba en Los Ángeles, California, que en aquel entonces era una pequeña ciudad colonial española. Este destino era ideal para los comerciantes debido a la abundancia de ganado, especialmente caballos y mulas, que eran bienes altamente valorados en el comercio con los territorios orientales.
Desde que Antonio Armijo estableció el Old Spanish Trail en 1829, la ruta fue utilizada por caravanas de animales de carga para transportar mercancías entre Nuevo México y California. Los productos textiles mexicanos, en especial la lana, se intercambiaban por caballos y mulas, que eran abundantes en California. Además, a finales de la década de 1830, la ruta también fue utilizada por migrantes que se desplazaban desde Nuevo México hacia California, lo que aumentó la relevancia del sendero.
Sin embargo, el Old Spanish Trail no estuvo exento de actividades ilícitas. Durante la década de 1830 y 1840, el comercio de esclavos y el robo de ganado eran comunes en la región. Grupos de forajidos asaltaban ranchos y vendían esclavos nativos, particularmente a lo largo de la ruta, a pesar de la condena oficial de tales prácticas.
A mediados de la década de 1850, el comercio a través del Old Spanish Trail comenzó a declinar debido a varios factores. En primer lugar, la anexión de California y Nuevo México a los Estados Unidos, tras la Guerra entre México y Estados Unidos, cambió el panorama económico y político de la región. Además, la llegada de grandes grupos de colonos mormones a Utah también afectó los intereses comerciales y generó una mayor regulación, disminuyendo el uso de la ruta para el tráfico de esclavos.
El Old Spanish Trail ya no es completamente transitable como lo era en el siglo XIX. Sin embargo, muchos de sus tramos han sido preservados y señalizados para fines recreativos y educativos. Gracias a los esfuerzos de organizaciones como la Old Spanish Trail Association y el Servicio de Parques Nacionales, muchas secciones de la ruta pueden ser recorridas a pie, a caballo o en vehículos todoterreno, permitiendo a los visitantes experimentar una parte importante de la historia estadounidense.
Hoy en día, el Old Spanish Trail es reconocido como parte del Sistema de Rutas Históricas Nacionales de Estados Unidos y continúa siendo una fuente de fascinación para historiadores, arqueólogos y turistas por igual.

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