López de Villalobos, el malagueño que descubrió Filipinas
Un libro reivindica la voz del explorador y viajero, que descubrió islas como Marshall, Carolinas e Iwo Jima.
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El explorador malagueño Ruy López de Villalobos dio nombre a las islas Filipinas en 1543 en honor al príncipe Felipe, futuro Felipe II, y descubrió nuevas islas del Pacífico. Aunque su expedición se considera fracasada, al no encontrar la ruta del tornaviaje hasta México, los estudiosos reivindican su figura. "Se puede decir que es la historia de una derrota, de un fracaso", dice el escritor y médico toledano Ángel Rodríguez Cabezas, afincado en Málaga desde los años 60 y coautor, con Jesús Moreno Gómez, de la monografía "Morir en las antípodas, Ruy López de Villlalobos", que ha publicado el Ayuntamiento de la capital malagueña.
Rodríguez, autor de diversos libros de ensayo, narrativa e historia de la Medicina, explica que López de Villalobos fue un hombre de Derecho con muchos conocimientos de náutica que marchó a América patrocinado por su cuñado y primer virrey de Nueva España (actual México), Antonio de Mendoza. Se le dio el mando de la Armada de Poniente para ocupar los alrededores de Islas Filipinas, colonizar esas tierras y, además, establecer una ruta entre ese lugar y los nuevos enclaves colonizados en América. Descubrió islas como Marshall, Carolinas e Iwo Jima.
"La ruta llamada del tornaviaje, que era muy difícil, se le encomienda a él y fracasa", precisa en referencia al trayecto entre las islas del entorno de Filipinas, las Molucas y la Nueva España por el océano Pacífico, misión en la que se encuentra con grandes problemas, dice en una entrevista con EFE. Después de partir de Nueva España en 1542 con 800 hombres en varias embarcaciones, a una bahía le dio el nombre de Málaga y a otra el del emperador Carlos V y la llama "Cesárea Caroli", recuerda.
Tras explorar varias islas, intentó, sin éxito, establecerse allí, pero tuvo muchos problemas con los indígenas y hubo disturbios entre la flota. Ordenó a uno de sus capitanes, Bernardo de Torres, encontrar la ruta del tornaviaje desde aquella zona por el Pacífico hasta llegar a México, pero también fracasa. Destaca Ángel Rodríguez que en su periplo llegó a Filipinas, ya descubierta por Fernando de Magallanes, aunque es Ruy López de Villalobos quien le da ese nombre a las islas y quien descubre también la de Nueva Guinea.
Se produjo una rebelión en la flota al no encontrar comida y el hambre obligó al malagueño a dirigirse a las islas Molucas, pese a que tenía prohibido entrar en ese territorio de los portugueses, que acordaron repatriarlo a través de la India.
Llegaron a la isla de Ambon, donde López de Villalobos cayó muy enfermo y se encontró con el jesuita San Francisco Javier, que le asistió en todos los aspectos hasta que muere en 1546.
Rodríguez resalta que el descubridor "puso su granito de arena para que la corona española colonizara Filipinas", aunque "la expedición importante ocurrió bastante después, cuando España mandó a Legazpi y Urdaneta", y que el personaje malagueño "fue imprescindible en aquel éxito" pese a que su expedición fuera un fracaso.
Aunque se han impartido conferencias sobre esta figura, Rodríguez cree que "los malagueños no saben quién es", pese a que se jugó la vida hasta morir allí. "Se jugó el tipo en pro de su rey" e "hizo cosas importantes". Sendas placas recuerdan a Ruy López de Villalobos en su tierra natal, tanto en el lugar donde nació como en el puerto de esta ciudad, mientras que en el Salón de los Espejos del Ayuntamiento malagueño hay un retrato suyo en la galería de malagueños ilustres que atesora esa noble estancia pública.
Sin embargo, Ángel Rodríguez demanda que se organicen jornadas para que se conozca más y que se enseñe en las clases de Historia, difusión que suele reclamar en sus intervenciones públicas, como cuando el Ateneo de Málaga le otorgó recientemente una de sus medallas a nombres destacados de la cultura y la sociedad civil local.