El telégrafo: fuente de «fake news»
Inventado en el siglo XIX, permitía la emisión de noticas a larga distancia a través de un código sustituyendo a las señales ópticas, clave en Guerra de Crimea y en las Guerras Mundiales


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Muchos de nosotros nunca hemos recibido un telegrama, pero hasta mediados del siglo XX fue la forma tradicional de comunicar noticias urgentes. Es un sistema de comunicación inventado en el siglo XIX, aunque ha sido tecnológicamente superado por otros medios, todavía se utiliza esporádicamente. El término telegrama indica el texto transmitido por telégrafo y, por metonimia, la misma hoja en la que está escrito el mensaje. El telégrafo era un sistema que empleaba señales eléctricas para la transmisión de un lenguaje codificado como el código Morse, lenguaje que ha sido el más utilizado. El receptor de telégrafos original de Morse usaba un reloj mecánico para mover una cinta de papel y fue utilizado por primera vez en 1844. Cuando se recibía una corriente eléctrica, un electroimán empujaba una armadura que empujaba un lápiz sobre la cinta de papel en movimiento, haciendo una sangría en la cinta. Este código no hubiera sido posible sin los descubrimientos del electromagnetismo por Hans Christian Ørsted en 1820 y la invención del electroimán por William Sturgeon en 1824. Antes de que se inventase el código Morse hubo muchos intentos de creación de aparatos que pudiesen transmitir señales eléctricas a media y larga distancia. Uno de estos primeros intentos se realizó 1774 cuando el físico suizo Georges-Louis Le Sage inventó el primer telégrafo eléctrico. El telégrafo tenía un cable independiente para cada una de las 26 letras del alfabeto y un alcance limitado a corta distancia pero aún eran inventos que necesitaban hilos para la transmisión.
En España el médico y físico Francisco Salvá leyó en 1795 en la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona una memoria titulada «La electricidad aplicada a la telegrafía», en donde calificaba al telégrafo eléctrico como factible y efectivo. Acumulaba experiencia en este campo en su casa de la calle Petritxol, e hizo una demostración en Madrid, a la corte, en 1796. Salvá propone el establecimiento de una línea telegráfica entre Alicante y Palma de Mallorca, que no se lleva a cabo hasta 1804 cuando presentó oficialmente su telégrafo eléctrico.
El telégrafo como arma de guerra
La utilidad del telégrafo se puso en evidencia en los conflictos bélicos, ya que la mera existencia de un telegrafista permitía divulgar la información con gran rapidez. Fue en la guerra de Crimea (1853-1856), cuando se vio por primera vez la potencialidad bélica del telégrafo. Cuando empezó el enfrentamiento entre el Estado zarista, por un lado, y Francia, Gran Bretaña y el Imperio otomano, por el otro, las noticias del frente en aquella estratégica península del mar Negro se demoraban cinco días en llegar a París o Londres, cuando franceses e ingleses observaron la velocidad de las comunicaciones rusas tendieron redes para poder competir. Si bien en muchos casos las noticias transmitidas eran ciertas, también se difundieron noticias falsas en esta primera guerra como pasa en nuestros días en las polémicas de X con bulos y errores. La llegada de noticias, rápida pero con cuentagotas, propició interpretaciones equivocadas en los diarios. Las causas de esos fallos estaban muchas veces en las prisas por informar a una audiencia que no paraba de demandar novedades sobre el conflicto. Así el 2 de octubre de 1854 The Times anunciaba la falsa caída de Sebastopol, malinterpretando de modo optimista el desenlace de la batalla del rio Almá, donde la alianza derrotó a los rusos que perdieron seis mil hombres.
A la telegrafía la sustituye la radiotelegrafía, usando el código Morse, un elemento que fue vital durante la Segunda Guerra Mundial, especialmente en el transporte de mensajes entre los buques de guerra y las bases navales de los bandos en contienda. La comunicación buque-a-buque de largo alcance era por radiotelegrafía, utilizando mensajes encriptados porque los sistemas de radio de voz en los buques entonces eran bastante limitados tanto en su alcance como en su seguridad. La radiotelegrafía también fue ampliamente utilizada por aviones de guerra, especialmente por aviones patrulla de largo alcance que eran enviados por esas fuerzas navales para explorar buques de guerra enemigos, buques de carga y buques de tropas. El declive de la red de telegrafía llegó en 1980. Los robos de los hilos telegráficos de cobre eran constantes y terminaron triunfando los radioenlaces. En los noventa la llegada de las comunicaciones por satélite agilizó tanto la transmisión de datos que mantener la red telegráfica no valía la pena. Hoy son una reliquia pasada que hemos sustituido por el mensaje de Whatsapp.