Cultura

HMS Terror: Más cerca de desvelar el misterio del "barco caníbal"

El pecio se ha conservado tan bien que los platos, el equipo científico y hasta los mapas y fotografías están prácticamente intactos 170 años después del inexplicable naufragio

Fotografía cedida por el servicio de Parques de Canadá donde se muestran unos platos y otros artefactos en estantes al lado de una mesa de comedor en el interior del navío HMS Terror
Fotografía cedida por el servicio de Parques de Canadá donde se muestran unos platos y otros artefactos en estantes al lado de una mesa de comedor en el interior del navío HMS Terrorlarazon

El pecio se ha conservado tan bien que los platos, el equipo científico y hasta los mapas y fotografías están prácticamente intactos 170 años después del inexplicable naufragio

Un equipo de arqueólogos y submarinistas se ha sumergido a 24 metros de profundidad en las heladas aguas cercanas a la Isla del Rey Guillermo para investigar lo que queda del H.M.S. Terror, uno de los dos barcos que desaparecieron, junto con la tripulación de 133 hombres, durante la expedición que sir John Franklin lideró en 1845 para encontrar el paso del Noroeste. Sorprendentemente, 170 años después el pecio se encuentra en excelente condición, tanto que podría finalmente ofrecer las respuestas que los investigadores de aquella fallida expedición han estado buscando durante más de un siglo.

El barco fue descubierto en 2016, pero hasta ahora las condiciones climáticas no habían permitido que se estudiara a fondo. Gracias a la calma del mar en las últimas semanas y la buena visibilidad, el equipo de Parks Canada descendió hasta el naufragio y utilizó vehículos remotos (ROV) para explorar el interior de la nave.

De acuerdo con las declaraciones que el arqueólogo principal del proyecto, Ryan Harris, ofreció a “National Geographic”, los objetos comunes, como platos y vasos, y el material científico que Franklin y su tripulación llevaron consigo siguen prácticamente intactos.

“Exploramos 20 camarotes y compartimentos, yendo de habitación en habitación”, afirma Harris a “National Geographic”. “Todas las puertas estaban abiertas de par en par, era inquietante”. Según Harris, el único camarote al que no han podido acceder es el del capitán, cuya puerta sí estaba cerrada.

Los arqueólogos creen incluso que los mapas, diarios y fotografías de la época podrían haberse preservado, en algunos casos tanto como para ser legibles. Y en ellas podría estar la clave de este misterio centenario: ¿cómo y por qué se hundieron los barcos de la expedición Franklin?

El explorador británico y capitán de la Royal Navy partió en mayo de 1845 con una meta difícil -encontrar el paso del Noroeste- pero las mejores herramientas y equipos de la época, así como suministros para tres años en el Ártico, que asegurarían el éxito del Erebus y el Terror, los dos buques de última generación de los que estaba al mando. Sin embargo, ambos fueron vistos por última vez apenas dos meses más tarde en el cruce entre Groenlandia y la isla canadiense de Baffin (no demasiado lejos de donde fueron encontrados los pecios).

Al no tener conocimiento sobre las bajas temperaturas del mar canadiense, el HMS Terror naufragó y dejó expuesto a todo tipo de peligros a sus 128 pasajeros. Además, según investigaciones, las raciones llevadas no estaban selladas adecuadamente, por lo que se estropearon rápidamente.

Aquel dramático panorama obligó a que algunos de sus navegantes recurran al canibalismo ante la falta de alimentos, mientras que otros perecieron por las extremas temperaturas que componen las islas del ártico canadiense. Desde entonces, se popularizó a esta embarcación como el ''barco caníbal''.

“A juzgar por el mutilado estado de muchos de los cadáveres y el contenido de las teteras, es evidente que nuestros desdichados compatriotas fueron conducidos al último recurso: el canibalismo”, escribió el explorador John Rae, en 1854, tras una serie de indagaciones de la Marina Británica para dar con los desaparecidos.

Los equipos de búsqueda que fueron enviados años más tarde encontraron esqueletos y equipo abandonado, así como una nota del capitán del Terror, Francis Crozier, quien contaba que las naves permanecieron atrapadas en el hielo durante año y medio y que los supervivientes pensaban caminar cientos de kilómetros hasta un puesto de venta de pieles en el Canadá continental.

De ahí hasta ahora, gélido silencio. Pero Harris no disimula su entusiasmo por estas nuevas “pistas” que podrían aclarar el misterio, y afirma: “De una u otra forma, estoy seguro de que llegaremos hasta el fondo de esta historia”.