Javier Alvarado: «Los ideales medievales nunca perderán vigencia»

La Soberana Orden de San Juan de Malta, más conocida como Orden de Malta, que ha cumplido 900 años de historia, constituye un caso singular entre las órdenes religiosas y de caballería. Supone la supervivencia de una institución medieval que desarrolla funciones humanitarias con rango de Estado Soberano. Con el objetivo del estudio y la difusión de esta milenaria Orden, un equipo de 17 profesores –entre ellos, Francisco Marhuenda, director de LA RAZÓN–, dirigidos por Javier Alvarado Planas, catedrático de Historia del Derecho de la UNED, y Jaime de Salazar Acha, de la Real Academia de la Historia, han publicado «Historia de la Orden de Malta. Nuevos estudios» (Dykinson).

–En Jerusalén, en torno a 1048-1063 por un grupo de monjes cluniacenses dirigidos por el beato fray Gerardo, que se hicieron cargo del hospital y la Iglesia aneja de Santa María la Latina con el fin de atender a los pobres, enfermos y peregrinos. En 1113, la bula «Pie postulatio voluntati» del papa Pascual II la situó bajo su directa dependencia como Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén y casi un siglo después, Roma ordenó que admitiera a caballeros para contribuir a la defensa de Tierra Santa. Todavía hoy mantiene su carácter religioso, militar y asistencial.

–Es inexacto. Precisamente uno de los capítulos del libro explica las decenas de falsas órdenes de Malta que pululan por el mundo tratando de aprovecharse del prestigio de la verdadera. Incluso, hay ritos masónicos que han copiado literalmente su nombre y vestimenta. Todo ello ha contribuido a que gente sin la información adecuada confunda la auténtica Orden de Malta con las falsas y atribuya imposturas de aquéllos a éstos.

–En buena medida, la caballería medieval encarnó el arquetipo universal del hombre de honor comprometido en la defensa y amparo de los más necesitados. Todavía Cervantes, en «El Quijote», nos recuerda que la misión del caballero andante es el amparo de viudas y socorro de huérfanos y menesterosos. Esa clase de ideales nunca perderá vigencia.

–Por lo general, todas las órdenes de caballería estaban reservadas a la nobleza. Sin embargo, actualmente la mayoría de sus miembros no pertenecen a ella.

–Tras casi 200 años en Jerusalén, los cristianos fueron expulsados en 1291 y la Orden Hospitalaria trasladó su Casa-Madre a Chipre, luego a Rodas y finalmente a Malta cuando el emperador Carlos V les concedió la isla a cambio de la entrega anual de un halcón maltés. En 1798 Napoleón Bonaparte, en su política de dominación de Europa, los expulsó de Malta y se hizo con la isla. Desde entonces tiene sede en Roma.

–Como Estado Soberano, en otros tiempos tuvo sus propias instituciones político-administrativas, su ejército, una poderosa flota naval, acuñaba moneda, etc. Hoy, más que privilegios, mantiene ciertas prerrogativas, como la de nombrar embajadores y personal diplomático que viaja con pasaporte «ad hoc». La Orden mantiene relaciones diplomáticas bilaterales con 107 países y con otros 6 relaciones oficiales, tiene firmados más de 50 acuerdos de cooperación internacional y mantiene representaciones ante diversas organizaciones internacionales, en particular, con la Unión Europea. Es Observador Permanente ante la ONU y está representada ante 14 agencias especializadas de la ONU, además de mantener delegaciones o representaciones ante otras 17 organizaciones internacionales, entre ellas, el Consejo de Europa.

–Está extendida por diversos países en los que desarrolla sus fines asistenciales por medio de unos 13.500 miembros (82% caballeros y 18% damas), de los cuales el 56% son europeos, el 31% norteamericanos, y el 10% centro y suramericanos. Cuenta con 50 hospitales, 1.500 espacios médicos y 1.100 residencias para la tercera edad.

–La Asamblea española de la Orden de Malta cuenta con cerca de setecientos miembros. En casi todas las provincias mantiene actividades y programas de ayuda solidaria a través de los cuales gestiona varios comedores sociales, y organiza el reparto de alimentos y de ayuda de personas mayores o con discapacidad.

–Durante siglos la Orden tuvo importantes posesiones por toda Europa cuyas rentas servían para cumplir sus objetivos. Los procesos revolucionarios, la desamortización o la reversión de bienes a la corona arruinaron la Orden. En la actualidad se nutre de las cuotas de sus miembros, de donaciones privadas y actividades benéficas para recaudar fondos.