Buscar Iniciar sesión

Javier Limón: «Le cantaría a Hillary Clinton por bulerías»

larazon
  • La Razón es un diario español de información general y de tirada nacional fundado en 1998

Creada:

Última actualización:

Siete Grammys en el haber de este productor y compositor con más de cien discos a sus espaldas. Ha «cocinado», entre muchos, la música de Paco de Lucía, Bebo Valdés, Alicia Keys, Luz Casal, Alejandro Sanz o Serrat. Ahora, decide llevarle la contraria al mundo con su nuevo trabajo: «Promesas de tierra». En un momento en el que cada vez se hacen discos más baratos, él presenta un disco «caro»... Y merece la pena. Los gitanos funden sus palos con las armonías y melodías de músicos palestinos e israelíes, todos alumnos suyos de la Universidad de Berklee, donde ejerce como director del Instituto de Músicas del Mediterráneo.
-Con «Promesas de Tierra», compuesto por usted e interpretado por jóvenes de Oriente Próximo... ¿Le lleva la contraria al mundo mirando a Oriente en lugar de a Occidente?
-Era importante un reencuentro de culturas sefardita, cristiana, andalusí...
-Es un repertorio clásico de esas culturas pero desestructuradas. ¿Es ya el Ferran Adrià de la música?
-El repertorio es original pero es verdad que hemos intentado «estropear» las canciones lo más que hemos podido (risas)... Cuando quedaba demasiado bonito, decíamos ¿cómo lo maltratamos un poco? Por lo menos no hemos acabado presos...
-¿Cómo se llevan temas tan largos a la radiofórmula?
-Hay temas árabes de veinte minutos y sinfonías de tres horas... Nos hemos acostumbrado a que una canción durara lo que cabía en un LP de pizarra y eso ha marcado la pauta. ¡Pero no tiene por qué ser así! Me gustan los caprichos de Paganini de segundos, y las óperas de Wagner de tres horas.
-Los artistas provienen de Israel, Palestina, Jordania, España... ¡En lugar de juzgarle la crítica, lo harán los expertos en relaciones internacionales!
-(Risas) ¡Acepto! Nació por mis clases en la Universidad de Berklee, que es una especie de Babel. Estamos condenados a que las fronteras culturales desaparezcan. ¿Las otras se las dejamos a los pesados! (risas).
-El disco es «un alto en el camino para evadirnos de la prisa» ¿Merece la pena con la que está cayendo?
-La que está cayendo para nosotros es mucha, pero ¿imaginas lo que es para un joven palestino que, en las dos horas de «no toque de queda», tiene que enterrar a sus 21 familiares muertos en una fosa común? Cambiaría a ojos cerrados nuestras tragedias, como que haya basura en la calle, por la suya, ¿o no?
-Dice que no es un disco flamenco pero que lo será, ¿cuando los cancerberos de la ortodoxia lo digan?
-Para mí esos cancerberos deberían suicidarse. El 100% de los discos de flamenco son fusión, incluyendo los de Juan Talega. Sólo pido que el que se meta a hacer flamenco tenga conocimiento de sus raíces
-¿La revolución del flamenco arrancó con «La leyenda del tiempo»?
-No creas. No es tan revolucionario como dicen. Sólo que añade instrumentos, pero armónicamente no lo es tanto. Los dos revolucionarios del flamenco son Paco de Lucía y Enrique Morente. Paco ha inventado acordes que serán patrimonio de la humanidad.
-Ha «cocinado» para los mejores: Estrella Morente, Luz Casal, Bebo Valdés, Alejandro Sanz, pero, ¿cómo se queda el cuerpo producir al «dios», Paco de Lucía?
-Con Paco soy el ingeniero de sonido porque se produce él, pero ser eso con Paco es más que producir a cualquiera... Con él, simplemente pasear por sus jardines de Mallorca ya es una experiencia de valor artístico. Y escucharle en un estudio con la guitarra, ¡te mueres!
-Quizá es que estas «Promesas de Tierra» nos van sacar un poco de este inmovilismo.
-El disco quizá tenga errores musicales pero he asumido muchos riesgos... Pero, con un simple acorde o frase musical novedosa, para mí ya estaría justificado.
-Los gitanos son los mejores intérpretes del mundo. ¿Es como los negros con el jazz?
-Sí, o como los afroamericanos a la NBA. Pero no olvides que el intérprete más importante de la historia es Paco de Lucía, que no es gitano.
-A Tomatito su padre no le dejaba ir a clases de guitarra por si perdía el duende... ¿Sigue pasando eso?
-No sé cómo educó a Tomatito su padre, pero él está educando muy bien a su hijo, que ya es un pedazo de guitarrista. Y creo que será mejor que él.
-¿Es verdad que un día Morente improvisó una canción y dijo que era una taranta del XIX de Juanito El Cojo?...
-Sí. Y me contó que también lo hacía Marchena y Mairena. Los maestros que tienen tanto conocimiento del cante clásico son capaces de hacer eso... La broma fue tremenda. Todos los flamencólogos apuntándolo en sus libretas. ¡Y se lo acababa de inventar! Nacieron Picasso, Lorca, y luego, Morente.
-¿Algún día terminará la carrera de ingeniero agrónomo, o ya no le interesan los nitratos?
-Quiero terminar la carrera, estudiar Historia del Arte, aprender francés, árabe, ponerme en forma... ¡Pero lo que voy a hacer es irme a la playa y mandarlo todo a la porra, y que aprenda francés el Tato!
-¿Es mejor para la música un Gobierno que otro?
-Tenemos que luchar para que la música no sea local y no dependa del gobierno del color que sea. Ahora que está internet y viajar es sencillo, tenemos que hacer del mundo nuestro mercado y que las estupideces de nuestros gobiernos nos afecten lo menos posible.
-Morente le cantó a Garzón. ¿A quién le tocaría usted?
-A Hillary Clinton y por bulerías. Seguro que será la próxima presidenta de EE UU y me cae muy bien.
-Dice que la música mediterránea guiará la pauta mundial en 10 años. ¿Los PIGS seremos pioneros?
-(Risas) Yo sólo sé que cuando Séneca vivía en Córdoba, los alemanes estaban todavía en los árboles como los monos.
-Prínguese: ¿empastan las cinco grandes voces del anuncio de Freixenet?
-No lo he visto, pero te diré que de esos cinco hay cuatro que me gustan y una voz que nada de nada.
-¿Por qué no llegó a la entrega de los últimos Grammy –que ganó por la producción de Buika–?
-Porque estaba jugando una partida de poker. Ahora lo estoy dejando porque, como me dijo Serrat, «sentarse en una mesa es un acto sagrado y uno no debe sentarse con cualquiera». Ahora prefiero el mus.
-¡Para matarle!... Perderse una entrega de Grammy.
-¡Si tengo siete y no he recogido ninguno! No me parece el planazo del siglo. Este año, que vuelvo a estar nominado, iré porque acompaño a mi hermano Alejandro Sanz, y veinte alumnos de Berklee van a cantar con él. Será la semana próxima en Las Vegas. ¡Verás que, por idiota, y por ir, no me lo dan!
-Y de estar con tanto gitano, ¿es más del Betis que del Madrid?
-Era más futbolero cuando Zidane. Verás, cuando el Barça está mejor que el Madrid, me retiro de ser aficionado. Me hago intelectual (risas). Pero cuando ganan los merengues, vuelvo a ser forofo.