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Javier Urbina: «Cada español se crea su propia burbuja»

Su espectáculo «Breaking Bubbles» puede verse hasta el 24 de abril en el Teatro Nuevo Apolo de Madrid
larazon
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Su espectáculo «Breaking Bubbles» puede verse hasta el 24 de abril en el Teatro Nuevo Apolo de Madrid
No dejará en la memoria de los hombres su canción, pero ama los mundos sutiles, ingrávidos y gentiles como pompas de jabón. Su sobrenombre le delata, y no es Antonio Machado. «El señor de las burbujas» ha vuelto a España «para hacer las paces con este país». Ni brujo, ni mago, Javier Urbina es un artista integral que fusiona teatro, ciencia y circo. Sin hablar, sobre el escenario hipnotiza a los más pequeños, que permanecen quietos en sus asientos junto a sus padres boquiabiertos.
–«El señor de las burbujas» regresa a España.
–A veces uno no elige dónde ir, la vida te va llevando. Me marché hace cuatro años para probar suerte con un espectáculo unipersonal. Uno no es profeta en su tierra, pero tengo esa espina clavada de que no reconocieran mi trabajo. Vuelvo para hacer las paces con mi país. Soy un pesimista positivo.
–Cuénteme algo del «show».
–Es un espectáculo sin palabras, por lo que conecta muy bien con todo tipo de públicos. Los pilares están basados en lo visual. El objetivo es entretenerse y pasarlo bien. Hay comedia, teatro, circo... confluyen diferentes lenguajes artísticos. Se trata de un compendio de diferentes técnicas y habilidades que asombran a todo el mundo.
–Fusiona teatro, ciencia, circo e incluso comedia.
–No es un espectáculo típico de burbujas. Las pompas de jabón son el pretexto para construir actos donde la música es fundamental. Las estrellas son las burbujas, que ayudan al espectador a transitar por una experiencia teatral nunca vista.
–¿Brujo, mago o científico?
–No soy persona de etiquetas. Me gusta definirme como un artista integral que ama el teatro y utiliza las pompas de jabón para llegar a todo tipo de personas.
–¿Pueden hipnotizar?
–Por supuesto. Cuando termino los espectáculos, muchos padres me dan las gracias por ser capaz de mantener a los niños callados y sin moverse del asiento durante una hora. Los mayores permanecen asombrados porque no se pueden creer lo que ven. Hay un ingrediente fundamental desde el primer minuto: el riesgo de trabajar con algo tan frágil como el jabón. Esa tensión y presión que siento sobre el escenario se transmite al espectador.
–¿Y si le explota una pompa en mitad del espectáculo?
–Intento ofrecer una técnica lo más depurada posible para evitarlo. Pero si sucede, entra en juego la improvisación. En lugar de lamentarse hay que intentar integrar ese error de la manera más creativa posible. Muchas veces nadie se da cuenta.
–El espectador se siente dentro de la burbuja gracias al sonido.
–La música y el sonido son casi tan importantes como las luces. Se estimulan los sentidos. Intentamos usar la herramienta auditiva para llevar al espectador desde su butaca a una experiencia que le haga olvidar que está en un montaje de teatro y se sienta dentro de una burbuja.
–Pero sin hablar.
–Nada, lo que no significa que no se cuenten cosas. A veces una mirada vale más que mil palabras. Las burbujas son la forma de comunicarme con el espectador.
–¿De qué tamaño fue la pompa de jabón más grande que ha hecho?
–Dicen que el tamaño es importante, aunque no le presto mucha atención. He hecho algunas de 10 metros de largo, pero eso es más sencillo que hacer que requieran un mayor tiempo de duración.
–¿Cuál es el secreto para que resistan?
–Trabajar mucho. Mi actual fórmula está compuesta por siete ingredientes, que no son los mismos que los que usaba cuando me marché de España. Cada figura necesita una fórmula específica. Unas requieren más jabón, otras más agua, o más lubricantes, otras llevan colorante...
–Todos vivimos en un entorno burbujeante.
–Sí. Hay muchos tipos de burbujas, para todos los gustos. La inmobiliaria, la política... La vida es una experiencia burbujeante que hay que saber digerir y aprovechar. En el espectáculo se intenta despertar esa capacidad de asombro y sorpresa que generan elementos tan sencillos como las pompas de jabón.
–Los economistas dicen que el estallido de una burbuja se soluciona con la creación de otra nueva...
–Los creadores de las burbujas saben más o menos cuánta vida les quedan, por lo que pueden crear otra en otro lugar para estar preparados cuando una se reviente.
–Muchos españoles viven en su pompa.
–Me he sentido muy extraño al regresar. Aquí todo el mundo se queja, levanta la voz. Tenemos mucho más de lo que necesitamos y no sabemos aprovecharlo. Al viajar se aprende el valor de las cosas simples. El español se crea su propia burbuja. España está en una zona de confort.
–«Los reflejos sobre las burbujas de jabón son el mundo en el que vivimos», dicen.
–Pues sí, porque es un reflejo al revés. La burbuja tiene una perspectiva que abarca metafóricamente todo lo que la rodea. Cuando uno habla de burbuja se imagina envuelto en un lugar del que es complicado salir. En España se ha vivido dentro de una burbuja durante muchos años, lo que nos ha obligado a muchos a salirnos de ella y buscarnos la vida fuera.