La Mississippi, 30 años de blues con sabor argentino
A días de partir para su gira en España entre el 15 de mayo y 15 de junio, La Mississippi presentará su último disco grabado en el Luna Park con un tributo a los años recorridos juntos: Reserva Especial 30 años cuenta con invitados especiales del rock y blues argentino. Su líder, Ricardo Tapia, fiel a su estilo rockero-blusero pero con mate en mano, relata el pasado, presente y futuro de la banda. Analiza la necesidad de volver a “internacionalizarse”, el blues como vida, aprendizaje y la responsabilidad que cargan ante su público. Junto a su fiel minina “Titi”, que escucha atentamente cada uno de los punteos de una dobro Regal americana, “Riqui” (para los amigos) relata que la banda son más que familia, hasta el punto de saber que medias usa cada uno.
Ya 30 años ¿Cómo lo viviste?
Pasaron rapidísimo, pero ayer estaba viendo vídeos de mis hijos de cuando tenían uno o dos años, me cayó la ficha de que pasó mucho tiempo. La verdad 30 años fue un maremoto.
¿Algo particular de todo este tiempo?
Siempre fuimos una banda muy trabajadora y empezamos en los lugares más pequeños y locos que te puedas imaginar. Buenos Aires en los ’80 tuvo una explosión del blues tremenda de la cual fuimos parte. No fue casual, una explosión creada por los músicos de acá. Se hizo presión para que el blues creciera y creció. De hecho, en esa época llenaban estadios todo el tiempo y ese público no desapareció, lo que pasa es que es ya son adultos y tienen otro tipo de vida.
Hoy día, ¿cómo ves a tu público?
Actualmente es un gran público el que nos va a ver a nosotros, hay gente que no sabe ni lo que es la palabra “blues”, les gusta La Mississippi. A mí, no me preocupa que la gente sepa que somos un género. Porque en realidad hacemos música negra de todo tipo y les gustan esas canciones. Lo que me interesa es que escuchen y devuelvan algo de esas canciones. Nos ocupamos más de eso que del género, somos más amplios y tenemos seguidores de esa magnitud. Eso también nos permite divertirnos más con la música.
¿Y al público de España?
Es muy bueno. Nos han tratado tan bien y hay mucha gente de España que va a ver blues. Nos han dicho que les gusta cómo lo cantamos nosotros, con nuestra tonada argentina, porque los grupos allá cantan en inglés. Nosotros le ponemos esa cosa de criollo y tanguero, a mí me interesa que les haya gustado la forma en la que cantamos. Hemos tenido una linda experiencia así que ahora voy a volver para realizar acústicos y electro acústicos. El desafío es estar en lugares de España que antes no habíamos visitado. Esto va a ser una previa para el año que viene para estar con toda la banda en todos los festivales. Cada país al que vas notás ese amor por parte de la gente y es porque hace muchos años estás tocando.
Pero al principio habían comenzado cantando en inglés.
El blues básicamente es el blues negro norteamericano y uno tiene que aprender de ahí. Tocamos con la mayoría de los músicos que han venido a la Argentina: B.B. King, James Cotton, John Mayall y de todos los monstruos que cuando era chico tenía sus discos.
Cumpliste el sueño del pibe
Eso fue una experiencia maravillosa. Aprendí de todos ellos y tuvimos la posibilidad de viajar, salir afuera. Todo te va haciendo conocer el género, qué hay que tocar y cómo hacerlo. El aprendizaje fue muy importante para nosotros, ya que nos liberó y ayudó a trabajar los temas cómo quisiéramos. Aprender a producirte a vos mismo es muy importante.
Reserva Especial es una recopilación de lo mejor de La Mississippi
En realidad es una recopilación de los temas que más nos gustan con invitados y gustos personales. Como invitar a Willy Quiroga (miembro fundador de Vox Dei), el máximo gusto que me di en mi vida, los jóvenes se ríen cuando digo esto porque yo de chico ponía Los Beatles y a Vox Dei juntos, para mí eran exactamente lo mismo. En el Luna Park saqué el fan afuera y dije: cuando el maestro canta los demás se callan. Willy cantó Azucar Amargo, que es de él, y nosotros tocamos. Para mí fue una emoción tenerlo en un show mío, que de chico nunca lo hubiera pensando. Ese disco se hizo en dos Luna Park canté cinco horas, cuando terminé estaba desmayado en las duchas. Me venían a buscar para irnos, golpeaban la puerta y yo no me podía levantar (entre risas). Fue genial.
Después de tanto tiempo, son como hermanos ¿Cuál es el secreto?
En realidad somos más que parientes, porque a los parientes nos los ves tanto como a la gente con la que trabajas. A mi hermano no le he visto en mi vida tantas veces como a ellos. Es así, estás todo el tiempo con ellos, algunos son abuelos y tenés una familia armada en paralela inmensa. Nosotros respetamos mucho el espacio de los demás, ese es el secreto de los 30 años, no meterse en la vida del otro. No salir de vacaciones juntos ni nada de eso. ¿Cuál es el descanso? Tenés que descansar de todas esas personalidades, ya que cargás con todo de ellos. Vos imagínate que a mí me ponen una bolsa de ropa con miles de camisas y remeras y te digo cuál es de cada uno. Sabés todo.
¿No se guardan nada?
No, y no somos obsesivos con nosotros. Cada uno sabe tocar su instrumento, sabe lo que tiene que hacer y la parte que le toca. Si yo tengo una canción, los demás en su buen criterio saben que tienen que hacer para esa canción. Nadie te va a decir si está mal o bien.
¿Y cuándo hay algo que no te convence?
No se toca, nadie te dice por qué tampoco (riéndose). Además sabemos que le gusta tocar al otro. Nunca vamos a tocar algo que no guste estéticamente, la música es compartida y la tomamos como la continuidad de un instrumento con otro instrumento. Nos complementamos todo el tiempo y en La Mississippi los solos están casi prohibidos.
¿Tuvieron sus momentos difíciles?
Por supuesto que sí, pero siempre supimos salir para adelante. En momentos así uno se transforma en un “Marine” de la vida y sabe hacer de todo, no nos queda otra. Aprendimos a tener buen criterio con nuestra carrera y a no hacer estupideces a nivel profesional. El público que sigue una banda de blues y rock no le gusta que lo defrauden, porque prima esa bandera musical que defendés.
Esto se ve mucho en la sociedad, pierden fans por ideologías o causas judiciales.
Es importantísimo que los músicos se den cuenta que no hay una impunidad con lo que se vive o lo que se dice. Vos sos un ciudadano más, si no te das cuenta perdés gente. Es útil debatir y respetarnos, pero es un punto en donde los argentinos no hemos llegado todavía. Nos matamos y es una equivocación tomar ese tipo de fanatismo cómo si fuese una pasión, en realidad es violencia no entender a los demás. Esto se llevó a todos los ámbitos y nos hace ver a la persona de al lado como un enemigo, por eso, los artistas tienen que ser sensibles y entender la realidad política, económica y social.
¿Cómo se refleja cada cosa en el grupo al momento de organizar una gira?
Entendemos la realidad y somos nuestros propios managers, una cooperativa. Cada vez que nos llaman de un teatro no tomo la opción de decirle el precio, sino le pregunto cómo es la sala, qué expectativas tiene para el show y le envío un presupuesto de lo que cuesta para él y su teatro. Entiendo que hay que ser realistas, saber insertarse en el lugar a donde uno va y no poner un precio determinado.
En retrospectiva ¿Qué ves en la trayectoria de La Mississippi dentro el blues?
En 30 años para atrás me doy cuenta que fueron muchos los años que usamos para aprender esta música. Es cómo el teatro, con los años vas haciéndolo cada vez mejor. Vas resumiendo el sonido y haciendo cosas más puntuales, lo excesivo en el blues lo quitas y pones lo puntual para que “te rompa la cabeza”.
¿Cómo ven a La Mississippi a futuro?
Estamos a días de salir a España y es importante internacionalizarse. Año 31 arrancar tocando afuera por una cuestión: nos lo merecemos. Para el verano vamos a componer un nuevo disco que les va a gustar mucho a la gente porque va a ser bastante eclético.