Papel

La novela cotidiana de todas las mujeres

Mañana llega a las librerías «Quiéreme siempre», obra ganadora del Premio Azorín, de la catalana Nuria Gago

Nuria Gago, en la presentación de la novela, una historia tejida de sonoridad y recuerdos familiares, ayer en Madrid
Nuria Gago, en la presentación de la novela, una historia tejida de sonoridad y recuerdos familiares, ayer en Madridlarazon

Mañana llega a las librerías «Quiéreme siempre», obra ganadora del Premio Azorín, de la catalana Nuria Gago.

Esta es la historia de una treintañera que busca su sitio en el mundo y lo halla junto a su abuela, una mujer nonagenaria que lucha contra el alzhéimer. Nuria Gago (Barcelona, 1980) rinde en su segunda novela, «Quiéreme siempre», un homenaje a las mujeres de varias generaciones en una historia intimista y cotidiana que supone un canto por la «humanidad y la generosidad» de madres y abuelas. En las páginas del libro, que ha obtenido el premio Azorín de novela de este año, ocurre, según la autora, la vida misma y la manera en que lidiamos con los estragos del tiempo en nuestros seres queridos.

Ese fue, de hecho, el caso de este libro para su autora, que perdió a su abuela «pero pervive dentro de mí». «Me enseñó muchas cosas y, tras un alzhéimer que no llegó a ser diagnosticado, se fue», reveló Gago, que contó para la presentación del libro con su amiga y compañera de profesión (la de actriz) Leticia Dolera. Ambas lloraron un poco recordando el aliento familiar de la historia. «Mi abuela falleció y por suerte me queda mi abuelo, pero ahora le encuentro muy desvalido, muy vulnerable. Es cierto que ya ha cumplido cien años, pero he visto en él de primera mano el peso de la soledad. Es pasmoso cómo nos apartamos de la vida en un momento determinado y cómo la sociedad impide que participen plenamente como ciudadanos los mayores. Les arrinconamos. Buena parte de la historia surge de una comilona con las hermanas de mi abuela, que me pudieron contar cómo era ella de joven», reveló

Canciones para volver

La historia cuenta, así cómo Lourdes se recupera de una ruptura sentimental y de cómo responder a la pregunta de ¿cómo se puede continuar? Esa completa pérdida de destino se verá compensada por la convivencia forzosa con María y los temas se suceden en conversaciones tiernas e íntimas. La nieta, a la que ni su propio nombre le gusta y que estudió enfermería por una estúpida decisión, tratará de encontrar las canciones que ayuden a su abuela a «regresar», a dar sentido a la idea de vivir un día más, y de paso, a sus preguntas. «Lo de las canciones es una experiencia real que he visto y que me han confirmado especialistas neurólogos. Personas que estaban completamente encerradas en sí mismas por la soledad o el deterioro físico que vuelven a relacionarse por una canción», comentaba Gago, que deja unas páginas en blanco al final del libro para que cada uno haga su propia lista de temas «que te ayuden a regresar».

Dolera calificó el libro como «un canto a la vulnerabilidad de todo lo que somos y lo que nos hace libres. Se trata de reconocer nuestra humanidad», afirmó. Entre otros aspectos, destacó que Gago haya dotado de un cariz épico al simple hecho del aseo de una persona mayor que no se vale por sí misma. «Hay una escena en la que los cuidados y la ducha se vuelven algo bello. Porque esta no es una oda al amor romántico, sino a que nos queramos siempre las amigas. Nuri, quiéreme siempre», le pidió Dolera. «Cuando leí su primera novela, me hizo llorar. Me cambió por dentro y se lo dije. Y ella me contestó que no se veía escritora, que la palabra le venía grande. Yo pensé: ''Pobrecita''. No se ha dado cuenta todavía. Pero saltaba a la vista», dijo Dolera. ¿Y qué piensa Gago, se ve como una escritora? «Pues creo que ahora un poco sí que me siento».