Teatro

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«Las metamorfosis»: Concha Velasco, la nueva diosa del Olimpo

En un trabajo menos protagónico que el que hubiera hecho seguramente hace unos años, la actriz asume con mucha grandeza artística sobre el escenario las limitaciones físicas que impone la edad inexorable.

Concha Velasco
Concha Velascolarazon

En un trabajo menos protagónico que el que hubiera hecho seguramente hace unos años, la actriz asume con mucha grandeza artística sobre el escenario las limitaciones físicas que impone la edad inexorable.

De Ovidio. Versión: Mary Zimmerman. Dirección: David Serrano. Intérpretes: Concha Velasco, Pepe Viyuela, Edu Soto, Adrián Lastra, Belén Cuesta. Festival de Mérida. Del 31 de julio al 11 de agosto de 2019.

Jesús Cimarro sabía que eran buenos y muchos los reclamos de esta «Metarmofosis» dirigida por David Serrano para aguantarla un poco más que otras obras en la cartelera de Mérida; el más evidente de ellos, sin duda, era tener a Concha Velasco al frente de un elenco plagado de nombres y caras populares. Sin embargo, ni siquiera el astuto director del festival podía prever la extraordinaria capacidad que sigue teniendo esta veterana actriz, transmutada en una suerte de nueva deidad pagana cuando se mueve por las vetustas piedras del teatro, para convocarnos a todos (¡oh, mortales espectadores!) en torno a un escenario que se torna su propia morada, a la que acudimos fervorosos a ofrecer el humilde tributo del aplauso que sigue mereciendo en rigor su trabajo. ¡Absolutamente todas las localidades de las diez funciones programadas se habían vendido ya antes del estreno de anoche! Como consecuencia, la obra se ha prorrogado un día más... ¡y han vuelto a volar ya prácticamente todas las entradas! Eso quiere decir que, a pesar de la canícula extremeña y de la mala comunicación que sigue teniendo Mérida con las grandes ciudades, algo más de 34.000 personas pasarán por el Teatro Romano para ver, claro que sí, el buen trabajo que ha hecho todo el equipo artístico en esta versión de las Metamorfosis de Ovidio; pero, sobre todo, para ver a esa leyenda viva que es ya Concha Velasco. Más si tenemos en cuenta que, probablemente, sea esta la última oportunidad para verla en Mérida, como ella misma señaló después del estreno de anoche, recordando que «tengo ya 80 años». Sea o no el colofón, desde luego no es nada malo.

En un trabajo menos protagónico que el que hubiera hecho seguramente hace solo unos años, la actriz vallisoletana asume con mucha grandeza artística sobre el escenario las limitaciones físicas que impone la edad inexorable para ajustarlas con naturalidad y con inteligencia a su personaje, que pasa por ser, en la mayoría de las situaciones dramáticas, el de una narradora que articula con oficio y sentido del ritmo las distintas escenas o «metamorfosis». David Serrano, siempre ágil y sagaz, mueve muy bien a todos sus actores –haciendo incluso variar la voz narrativa en aras de dar mayor dinamismo– sobre la fantástica escenografía de Mónica Boromello para que todas esas escenas, a pesar de estar desarrolladas en géneros y códigos muy diferentes, se vayan imbricando en una función compacta en la que todos los conocidos actores –Edu Soto, Adrián Lastra, Belén Cuesta, Pepe Viyuela, María Hervás...– han sido eficazmente aprovechados para que puedan jugar cómodamente en el registro que mejor domina cada uno de ellos. Y a todo ello hay que sumar la siempre excelente iluminación de Juan Gómez-Cornejo y la maravillosa partitura de un inconmensurable Luis Muiguel Cobo. En definitiva, una obra bastante sencilla, pero muy, muy bien hecha.