Las mujeres crean sus arquetipos de los hombres

«Hombres (y algunas mujeres)» reúne a once cuentos de once narradoras actuales que afrontan el reto de escribir una historia escogiendo como narrador principal a un hombre, aunque la mirada es femenina.

Se ha levantado una literatura rica en miradas masculinas, pero con escaso protagonismo femenino. Estos siglos han dado muchos héroes ricos en testosterona y hazañas. Unos prototipos que reflejan, más que un mundo, una forma de comprenderlo. Pero el siglo XXI se ha prometido hacer caer injustos techos de cristal y otras barreras asumidas. La literatura va reflejando ese cambio y el volumen, coordinado por Rosa Montero, «Hombres (y algunas mujeres)» (Zenda), reúne un conjunto de once narraciones de once escritoras contemporáneas que dan fe de los cambios.

La obra nació con una premisa: que las autoras ahondaran en el universo masculino a través de los protagonistas de sus relatos. La idea cuajó y juntó a su alrededor a narradoras de la talla de Elia Barceló, Nuria Barrios, Espido Freire, Nuria Labari, Vanessa Montfort, Lara Moreno, Claudia Piñeiro, Marta Sanz, Elvira Sastre, Karla Suárez y Clara Usón. Un amplio recorrido de voces que pertenecen a diferentes generaciones y, también, distintas inquietudes. En sus propuestas asoma la relación de los hombres con sus madres, los amores frustrados por malentendidos, hombres que cualquiera adoptaría y hombres que se hacen odiar desde la primera frase.

Rosa Montero afirmó durante la presentación que no creía en «la literatura femenina, porque una novela es lo que es un escritor o una escritora. Ahora existen, incluso, diferencias más grandes que el hombre o la mujer; es más apreciable si una persona proviene del mundo rural o se ha crecido en una ciudad. Incluso si alguien es guapo o es fea afecta más a su forma de ver su entorno que su género». La autora de «Los tiempos del odio» (Seix Barral) remarcó que todavía «quedan parcelas de la realidad que sí recaen en las mujeres». Un afirmación que alude a temas que han quedado arrinconados o se han tratado escasamente debido a que no era un asunto de hombres. Y puso un ejemplo: «Las mujeres tenemos la menstruación. Sangramos todos los meses. Si esto mismo le sucediera a los hombres, la literatura nos habría llegado repleta de sangre». También citó a otros asuntos relevantes, como la decisión o no de traer hijos (algo que, en el pasado, ha estado condicionado por los varones).

Ahora, el reto para Rosa Montero es enseñar «las maneras en que vemos a los hombres. Las mujeres pasan más tiempo intentando parecerse a los prototipos que han creado ellos que, incluso, a ellas mismas. Es el momento de que nosotras creamos nuestros propios prototipos de los hombres». Un desafío que ha empezado a cumplirse en los últimos años.

Arturo Pérez-Reverte, que presidió el acto y presentó la obra, quiso ir más allá y subrayó un aspecto relevante, sino esencial: «El hombre ha protagonizado la literatura desde Homero. Pero el hombre está exprimido como héroe y como narrativa. Los héroes hoy son las mujeres. Los héroes del siglo XXI de los que se pueden esperar más en el futuro son las mujeres. Este libro me lo ha demostrado. Aquí el hombre está bajo su mirada. Son ellas las que van a estar ahí. A partir de ahora las Madame Bovary serán hombres y ellas serán las que lo cuenten».