Aleixandre, de principio a fin

Se cumplen estos días noventa años del famoso homenaje de la generación de 1927, en el Ateneo de Sevilla, a la figura y obra de Luis de Góngora. La emblemática fotografía en la que posan, entre otros poetas, Lorca, Alberti, Dámaso Alonso y Gerardo Diego, es ya un referente iconográfico del fenómeno vanguardista y la irrupción de la modernidad. Pero en esa instantánea no estaban todos los miembros de ese trangresor grupo literario. Entre los ausentes, un inquieto poeta, Vicente Aleixandre (Sevilla, 1898-Madrid, 1984) no tardará en publicar su primer poemario, «Ámbito», escrito a partir de las arraigadas y variopintas influencias del momento: neobarroquismo, ultraísmo, poesía pura, lírica tradicional... Buen comienzo para quien está gestando ya los versos visionarios, surreales y apasionados de «Espadas como labio»s (1932) y «La destrucción o el amor» (1935). Tras la Guerra Civil se erigirá en paradigma del genuino exilio interior. Por el ya mítico chaletito madrileño de la entonces calle de Velintonia, 3 pasarán dos o tres promociones de jóvenes poetas, siempre alentados por quien era ya el reconocido autor de «Sombra del Paraíso» (1944), «Historia del corazón» (1954), «En un vasto dominio» (1968), «Poemas de la consumación» (1968) o «Diálogos del conocimiento» (1974).

En 1977 obtiene el Premio Nobel de Literatura y la Academia Sueca, lejos del retórico comunicado oficial, detallaba acertadamente que el galardón se concedía es este caso «por una obra de creación poética innovadora que ilustra la condición del hombre en el cosmos y en nuestra sociedad actual, a la par que representa la gran renovación, en la época de entreguerras, de las tradiciones de la poesía española».

La figura poética de Aleixandre, que nunca palideció ni mucho menos fue olvidada, se ha revitalizado en los últimos años con la reedición de su más significativa lírica, estudios y encuentros sobre la misma, una reciente y reveladora biografía, así como varios epistolarios y numerosas antologías. En esta línea de intensa recuperación de su obra, se publica una nueva y modélica edición de su «Poesía completa», a cargo de Alejandro Sanz (Madrid, 1967), especialista en la Generación del 27, incluyendo aquí algunos interesantes poemas inéditos de la época de los años 30.

Con este riguroso compendio de toda la lírica aleixandrina, pueden entenderse mejor los caracteres, trayectoria y motivaciones de esta poética esencialista, marcada por la sentimentalidad neorromántica, la imagen visionaria de estirpe surreal, el moderado irracionalismo, su particular verso de larga extensión, la deriva onírica, y un singular telurismo cosmogónico. Esta excelente edición, atinadamente prologada por su responsable, posibilita el detallado seguimiento, en su evolutivo recorrido, de una poesía conmovedora, apasionante y apasionada, plenamente vigente en la susurrante emotividad que provoca, en su sentimental compromiso humanista, de ineludible y gozosa lectura.