Criaturas en el espejo
En un momento dado, el personaje central de una de las primeras novelas que publicó Clara Sánchez, «Desde el mirador» (1996), asegura en un capítulo: «Ahora creo que lo conocido es ya bastante misterioso como para interesarme por lo desconocido». Y ésta es, en mi opinión, una de las claves fundamentales para poder comprender la obra de la novelista Clara Sánchez: lo conocido es un espejo por el que pasamos todos los días, pero que nos oculta detrás realidades misteriosas, por mucho que lo sintamos tan común y diario. Quizá por ello, en otro de sus libros, «Lo que esconde tu nombre», también la protagonista acabará descubriendo en un levante español lleno de octogenarios turistas un secreto que es muy venenoso, porque la escritora Clara Sánchez, que ha vivido en diferentes ciudades de España, que escribe en la Prensa, que ha ejercido la enseñanza, que obtuvo el premio Alfaguara en el año 2000 con su libro «Últimas noticias del paraíso» y, más tarde, el Nadal en 2010 con «Lo que esconde tu nombre», ha tenido la oportunidad de ver muchos espejos y muchas de esas criaturas que viven en los espejos, como decía un relato de Borges.
Prosa desde el yo, desde la mirada de protagonistas que viven en una introspección casi permanente, en el descubrimiento generalmente doloroso de sus procesos psíquicos. El hallazgo de la fotografía de una niña desconocida en la cartera del padre (en su novela «Entra en mi vida») o el agridulce recuerdo que mantiene una profesora del amor con un alumno adolescente (en «El misterio de todos los días») demuestran a los lectores que para Clara Sánchez siempre existe un oculto núcleo dialéctico en nuestras vidas, y que acabara siendo muestro paraíso o nuestro infierno.