¿Cuál es el origen de la palabra «patata»?
Fernando Iwasaki indaga en un ensayo en las raíces y la salud del español en el mundo
No todas las palabras dicen lo mismo ni se refieren a la misma cosa ni, tampoco, una misma cosa se dice siempre del mismo modo ni con las mismas palabras. Aunque hay palabras que, por su significado, por su sonoridad, o porque comparten un acervo común, pueden relacionarse entre ellas como si formaran parte de una gran familia. Así, por ejemplo, puede haber palabras que son hermanas, palabras que derivan de otras como los hijos proceden de los padres y, por qué no, también otras que son, sencillamente, palabras primas.
Eso es lo que plantea el autor Fernando Iwasaki en esta obra, que se alzó con el IX Premio Málaga de Ensayo José María González Ruiz, y donde el escritor peruano (hijo de padre japonés y ciudadano andaluz des-de hace veinte años) analiza, con un estilo fresco y vivaz, el mundo en el que vivimos a partir de las palabras y expresiones que decimos a cada rato y cuyo origen remoto (y su significado original) muchas veces ignoramos y que no nos molestamos ya en indagar para averiguar cuál ha sido su evolución: palabras como «patata», «primado», «primate» o la polisémica «polla», que en su largo periplo a través de los mares y de los años pasó de ser un término referido a las apuestas en los juegos de naipes a designar, en España, lo que ya se sabe que designa.
«Si existen números primos, ¿por qué no deberían existir las palabras primas?», se pregunta Iwasaki en el prólogo de este libro para responderse que «una palabras prima podría ser tonta, estar adelantada, parecer semejante, servir de recompensa y lucir primorosa, además de poseer connotaciones familiares, musicales, económicas, jerárquicas y comerciales, por no hablar de posibles combinaciones entre todas ellas». Por ejemplo, agrega Iwasaki, «cuando una prima hermana se convierte en una prima de riesgo». Dividido en tres niveles separados (siguiendo con el símil familiar) según su primacía, parentesco e imprimación, en el primero Iwasaki analiza el lugar del español en la era de la lecto-escritura, mientras que en los dos restantes se centra en el castellano que se habla y se escribe en América y en Andalucía y, de paso, hace un recorrido, sin caer en la seriedad de la erudición, por el idioma durante el Siglo de Oro, cuando un mojón, dice Iwasaki, «era tan importante como una polla».
Historia del idioma
Así, a través de estos ensayos (escritos en su día para ser leídos en conferencias, en programas de radio o ante el público en general y que siguen la estela de Montaigne, que pensaba en el género ensayo como si fuese un paseo), Fernando Iwasaki ofrece una mirada lúcida y enriquecedora no únicamente sobre la historia del idioma, sino, también, sobre cuál es el estado actual del español en el mundo. Un mundo dominado por las nuevas teconologías pero en el que la lengua de Cervantes se muestra más viva que siempre y tiene, cada día, en la vida de millones de hombres y mujeres, un valor incalculable.
Sobre el autor
nació en Lima en 1961. Es autor de «Neguijón», «Libro de mal amor» y «Mi poncho en un kimono flamenco»
Ideal para...
aprender, interrogarse y saber de dónde vienen palabras que nos son muy familiares
Un defecto
Términos que, según él no figuran en el DRAE, sí están por la simple razón de que, cuando escribió estos ensayos, no habían sido incorporados
Una virtud
El estilo y el tono que Iwasaki le imprime a estos ensayos, lejos de la erudición solemne y escritos de manera jovial
Puntuación
9