Eres un malabarista, Patricio Pron
Le fascinan los títulos sonoros, largos, surrealistas en su estado más puro, porque son toda una declaración de intenciones respecto de las tripas de tinta que contienen. Una forma de apresar al lector para contarle que, aunque pudiera parecerlo, su extravagancia no ha extendido ningún cheque que no sea capaz de costear. «Atrévete, aventúrate a seguir», parecen sugerirnos. Tal es el caso de «La increíble historia de la cándida Eréndira y su abuela desalmada», de García Márquez, o la «Crónica del pájaro que da cuerda al mundo», de Murakami, o «Quisiera tener la voz de Leonard Cohen para pedirte que te marcharas», de Sipán. El título breve es conativo; el evidente, monótono... pero el elongado es la antesala de la extrañeza. Un «rendez-vous» entre lo lírico, lo epatante y lo onírico. Amén de lo dicho, en este volumen, como en todo «cuentario», nos encontramos con personajes que actúan con la comodidad de la brevedad, en tanto que no precisan tener demasiada profundidad pues les espera un final poco explícito. El relato es una convulsión, un disparo de nieve, un fogonazo incandescente. Una sacudida precisa, ingeniosa y potente que, en manos de un narrador con capacidad de síntesis, nos conduce a galope por una trama abierta que culmina en un tonema ascendente para dejarnos llenos de incógnitas. Todo ello está en el presente volumen con experimentos narrativos de longitudes, velocidades y voces distintas. Estamos frente al Sgt. Pepper’s o el Highway 61 revisited de Pron. Un gran momento de cambio que nos guía, entre otros, por un relato largo conformado por un único párrafo sin puntos; otro constituido por un pequeño texto plagado de notas a pie de página, o aquel en el que introduce paréntesis que, a su vez, están dentro de otros paréntesis. Personajes que transitan entre lo cotidiano y lo extraordinario, lo banal y lo trascendente, con unas estructuras fuera de toda forma –sirva mencionar el cuento que se articula con las respuestas del pasajero de un avión frente al formulario de inmigración estadounidense–. Un libro «judas», en el mejor sentido del término, que da sentido –como en su caso el apóstol– a la cristiandad de lo breve.