Crítica de libros
Las tres vidas de un humano
Acostumbraba a señalar Miguel Delibes, con su acreditada sabiduría realista, que una novela debía contener «un hombre, un paisaje y una pasión». Esta clásica eficacia narrativa avala el desarrollo de emotivas historias, sorprendentes incidencias argumentales, asentados planteamientos éticos e inolvidables personajes. A modo de lograda revisión creativa de la tradicional novela decimonónica, Felipe Benítez Reyes publica «El azar y viceversa», extenso relato en clave de autobiografía fingida que recrea la vida de un pícaro moderno, especulando con la arbitrariedad del destino humano, el factor fabulesco de lo imprevisible y las variadas posibilidades de lo casual e inadvertido. Antonio Escribano Rángel, el meditativo y desacomplejado protagonista de estas páginas, tiene clara su múltiple identidad al afirmar que «todos llevamos una triple vida, sustentada en tres pilares: lo que creemos ser, lo que quisiéramos ser y lo que en verdad somos». Sobre este esquema alienta una existencia marcada, durante el tardofranquismo y la Transición y en el cercano ambiente de una base militar estadounidense, por la temprana orfandad paterna, las penalidades de su viuda madre, una infancia de tebeos y cines de barrio, la juventud y sus primeros escarceos amorosos, una trayectoria como desvalijador de chalets, amistades próximas a la delincuencia anarquista, el desempeño de innumerables oficios y hasta una esporádica dedicación universitaria a la literatura; porque nuestro antihéroe es un azaroso lector que frecuenta, sin entenderlos bien, desde Bertrand Russell a Hermann Hesse, en un voluntarioso ejercicio de enriquecimiento cultural.
Entre drogas y trifulcas, trapicheos y malvivencias varias, prolifera una rica tipología de la marginalidad. Con un tono entre humorístico y amargo, de cierta melancolía expresiva y no poca agilidad argumental, el relato adquiere un ritmo torrencial, apasionante y arrebatador, subyugando al lector con los avatares de una azarosa vida rocambolesca e imprevisible.
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