Terror gótico en el valle de Baztán
Ya en su primera novela, «El guardián invisible», Dolores Redondo estableció el valle del Baztán como un ámbito mágico donde desarrollar la acción de una trilogía en progreso, cuya segunda parte, «Legado en los huesos» acaba de aparecer. Vuelve Amaia Salazar embarazada. El nacimiento de su hijo será el «leitmotiv» de un nuevo caso en el que unos huesos de un recién nacido utilizados en unas prácticas de brujería sumirán a la inspectora foral en un mundo de fantasmas. Se verá involucrada en un caso en el que se entremezclan los tres elementos esenciales de su mundo detectivesco: costumbrismo local, la familia como un lugar de conflicto y la mitología vasca del bosque, repleto de espíritus mágicos. Si «El guardián invisible» destacaba por una singular combinación entre intriga criminal y retrato psicológico de los personajes, de hondo calado humano, la nueva entrega perfecciona literariamente la oscura personalidad de Amaia Salazar y su relación con los fantasmas que la acechan en los sueños, como si buscaran en su mentalidad un resquicio por donde orientarla en su indagación detectivesca.
Dos autores de novela policiaca con toques metafísicos utilizan esta proyección psicologista: Maurizio de Giovanni, con el comisario Ricciardi, que ve a los muertos asesinados de forma violenta y escucha su lamento, y John Connolly y su detective Charlie Parker, que vive acosado por la intromisión de fantasmas vengadores.
Amaia Salazar también tiene sueños macabros, sufre la visión de fantasmas que se le aparecen a los pies de la cama y lereclaman venganza, pero su función es enfrentarla a sus miedos y terrores infantiles, y conducir el caso por la senda de la reparación de un ámbito mágico, el valle del Baztán, violado en su esencia mítica por el criminal. De nuevo, la mitología vasca es una pieza clave para la comprensión del caso que ocupa a la detective. Las leyendas populares y las prácticas de brujería, como los mairu-beso y el cíclope Tarttalo, un mito vasco-navarro similar a Polifemo, vencido por una astuto Ulises cabrero, le sirve de hilo conductor para organizar la intriga criminal y su resolución. Pero lo reseñable de «Legado en los huesos» es la madurez literaria de Dolores Redondo. Ha crecido como novelista. Sus personajes han cuajado de forma tan vívida que se les oye respirar. Como el valle del Baztán, ámbito privilegiado donde mejor puede desenvolverse el mundo siempre oscuro y desasosegante de Amaia Salazar. Literariamente, desborda el «thriller» para recuperar la mejor tradición de la novela gótica.