El Día del Padre de Mathias Malzieu: "El pasado hay que tenerlo en cuenta, pero sin sumergirse demasiado"
Publica "El soldado de porcelana", una carta de amor hacia su padre y una historia universal sobre el sufrimiento de ser un niño en una época como la Segunda Guerra Mundial
Madrid Creada:
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La figura del padre es la de un bálsamo de valores, de fortalezas, de enseñanzas que perduran en la retina hasta llegar a formar parte de nosotros mismos. El vínculo más fuerte hacia un padre es la confianza (en parte la admiración), esos momentos o conversaciones que se dan en el momento preciso, que cambian la perspectiva que tenemos de la vida de una manera natural y consciente. Para algunos, un padre son las escapadas con la bicicleta al campo, el olor del puro acompañado del sonido de las páginas de un libro, o la interminable colección de unos vinilos que, más que música, contienen recuerdos. Para el escritor, músico y cineasta francés Mathias Malzieu, su padre es la persona a quien le debe su amor "por el rock and roll pionero. Teníamos un tocadiscos al lado del comedor, y cada vez que empezábamos a comer lo encendía". El autor asegura que "para mí la literatura, la música y el cine están vinculados, está todo interrelacionado, interconectado". Es por ello que no imagina una de sus creaciones sin estar, al menos, reproducida en dos de estos formatos, y es el caso de su nuevo libro. Malzieu publica "El soldado de porcelana" (Reservoir Books), volumen que no solo está en proceso de adaptar al cine, "imaginando una música tipo wéstern que embruja, del tipo de espíritu de la serie de 'Peaky Blinders', un rock con un punto embrujado, tenebroso, mágico...". Más allá del guion audiovisual -asegura Malzieu que Rossy de Palma figurará entre el reparto-, este es un libro especial, pues es un homenaje con mayúsculas a su padre.
"Quería hacerle este regalo mientras estuviera vivo. Tenemos muy buena relación gracias también a la escritura de este libro, en el que hay cosas que he inventado y otras ciertas. Al fin y al cabo, escribir libros es una forma de vivir la vida dos veces: no permite duplicar el tiempo de vida, pero sí profundizar en la relación con mi padre", explica Malzieu a la prensa española de forma telemática. Así, en "El soldado de porcelana", Malzieu cuenta a través de los ojos de Mainou, un niño de nueve años, cómo en 1944, tras acabar de perder a su madre mientras daba a luz a la que iba a ser su hermana en Montpellier, es enviado por su padre para ponerle a salvo al otro lado de la línea de demarcación, escondido en un carro de heno. Allí, en la granja familiar, tratará de retener los últimos suspiros de su infancia mientras la realidad lo empuja a evadirse. Junto a esa familia que aún no conocía, y a los misteriosos sucesos que los rodean, el niño se confía a la imaginación para atravesar el duelo y sobrevivir a los últimos meses de la Segunda Guerra Mundial.
La idea de esta historia surgió "en las comidas de mi familia. Mi padre explicaba cómo él había cruzado la línea de demarcación en un carro, y no lo contaba de forma victimista, sino épica", recuerda Malzieu. Con el tiempo, y pese al tacto por parte de su padre a la hora de hablar sobre su compleja infancia, el escritor se fue dando cuenta "de que este tema era algo muy serio. Cuando caí enfermo y estuve en el hospital, para distraerme le pedí a mi padre que me explicara aquellos años con mayor detalle. Era mucha información, tuve que digerirla, y recuperé esta historia en el confinamiento, cuando decidí cambiar mi estilo y buscar un tono específico". De esta manera, el también autor de la exitosa novela "La mecánica del corazón", explica cómo a partir de 20 páginas de notas que tomó en el hospital "me he inventado algo a partir de una realidad difícil", a través de una búsqueda profunda en el pasado de su padre, y lo que le ha llevado, aún más que nunca, a "vivir el presente al máximo. El pasado hay que tenerlo en cuenta pero sin sumergirse demasiado, hay que proyectar un futuro pero tampoco en exceso, lo importante es saborear el momento actual", asegura el autor.
Por tanto, un libro que trata sobre recuerdos, sobre fantasmas desde su connotación más positiva: "Pueden dar miedo, pero para mí un fantasma es una forma de enfrentarse a la realidad. En francés se dice que uno está embrujado por sus propios recuerdos. Para mí un fantasma no es una superstición, aunque puedo meterle un punto de sagrado poético laico que te atraviesa como un rayo", apunta Malzieu. Y, en el caso de "El soldado de porcelana", bucear por tantos recuerdos complicados y traumáticos ha hecho que el escritor se reafirme en que "el sufrimiento es el valoz de empezar. He escrito y reescrito este libro un montón de veces, y ese es el sufrimiento, el trabajo, el picar piedra. Pero en la escritura debe haber un goce, una alegría. Cuanto el temas es más grave y oscuro, más se necesita el humor".