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Joël Dicker, un animal salvaje del thriller

El autor suizo, con 22 millones de lectores en todo el mundo, lanza una trama policíaca repleta de mentiras y suspense

Joël Dicker, escritor. © Jesús G. Feria.
Joël Dicker, escritor suizo Jesús G. FeriaFotógrafos

Asegura Joël Dicker que hay algo de salvaje en la lectura y en la escritura. Son actos de liberación, de rebeldía, y que nacen de la naturalidad del instinto. Así lo ve el escritor suizo: «Una historia existe gracias a la imaginación», apunta, «la literatura es uno de los grandes espacios de libertad, y eso hay que respetarlo, cuidarlo, hay que ser conscientes de que es algo muy valioso. La libertad creativa hay que defenderla». Y, para ello, opina Dicker que todo empieza «por dejar de lado el teléfono móvil, dejando Facebook e Instagram para concentrarnos en lo que es verdadero». Es a raíz de esta mentalidad intuitiva, que él toma como salvaje, que el autor ha vendido millones de ejemplares alrededor del mundo. A sus 38 años figura como uno de los escritores de thriller de mayor éxito, algo que no le afecta al encarar una nueva novela: «Hay presión solo si uno quiere, y tengo la suerte de haber conseguido un éxito muy benevolente», confiesa. Sí tiene, añade, «la obligación de mostrarme digno de esta confianza, de trabajar duro», y con esta idea ha articulado y publicado su nueva novela, «Un animal salvaje» (Alfaguara).

La trama gira en torno a una doble apariencia que, dice, no solo existe en el libro, sino en el mundo que nos rodea. Por un lado, «están las apariencias que uno quiere dar, que uno construye de sí mismo, a través de las redes sociales o de su comportamiento. Luego, sería la imagen construida de alguien por otra persona». Sophie es la protagonista de esta novela, y según las apariencias la pareja que hace con Arpad es perfecta. Así lo perciben sus vecinos, Greg y Karine, siendo el primero incapaz de despegar su mirada hacia Sophie, por quien siente una obsesión. Una historia de mentiras, pasiones, suspense, urbanizaciones lujosas y merodeadores misteriosos que se urden en torno a un criminal apasionado y a un robo en una importante joyería de Ginebra. Todo ello, en pleno verano de 2022, una fecha atractiva por su cercanía y proximidad, aunque «quizá haga falta que pasen diez años para entender una época», dice Dicker.

Joël Dicker, escritor. © Jesús G. Feria.
Joël Dicker, escritor. © Jesús G. Feria.Jesús G. FeriaFotógrafos

Fuera de lo común

El escritor, que se admite observador y, por tanto, de alguna manera retratista de lo que le rodea, no sabría definir aún a una sociedad post pandémica. «Sería interesante saber si la pandemia ha sido un paréntesis que vamos a olvidar, o si va a marcarnos». Sí ha sido una época que, añade, ha influenciado «los índices de lectura y el teletrabajo, que puede tener consecuencias que pueden marcar el futuro», opina. ¿En qué sentido? «Habría que estudiar cuál va a ser su impacto en la sociabilidad laboral y en la calidad de vida en casa. ¿Tendremos que dejar a los niños ante la pantalla más tiempo para que podamos teletrabajar? ¿Les vamos a generar una adicción mayor o vamos a impulsar una crisis económica?», plantea. Un panorama al que, si le añadimos el aterrizaje de la Inteligencia Artificial, ¿es menos optimista? «Temo más la debilidad del ser humano y su falta de responsabilidad que a la IA como tal, porque es un concepto genial, y la cuestión está en qué vamos a hacer con ella», advierte el autor. Y lo ejemplifica con YouTube, donde puedes ver «cómo despega un cohete, documentales de National Geographic o una ópera. Pero también vídeos de un gato en un microondas. El problema no es YouTube, sino cómo lo usamos».

Como contrapunto, dice Dicker que nos queda ese ejercicio calmado y pausado que es la literatura. «Su papel fundamental es impulsar la reflexión, hacer preguntas para despertar las consciencias». En «Un animal salvaje», lo pone en práctica a través de una novela coral, con personajes de psicologías complejas y peculiares. «Están fuera de lo común, no me inspiro en gente que conozca», confiesa el autor, «busco que sean extraordinarios, el gran desafío es que la novela no sea aburrida, porque la realidad puede serlo». Después de 7 novelas y, por tanto, no pocos personajes, debe tener un patrón, y admite que siempre «vuelvo hacia temas como el sentido de la vida. Pero también creo que la creación no tiene límites, porque es como el deporte, mientras más lo practicas más cosas puedes hacer».

Articula, por tanto, un «thriller» que busca seguir excitando a su amplio público (hasta ahora, 22 millones de lectores). Un autor superventas que, también desde su trabajo como editor, ve que la clave de que la literatura funcione reside «en llevar a la gente a todos los temas, hacerles llegar a sitios y lugares donde quizá no irían solos», concluye.