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Libros

«La muerte ajena»: La constante incertidumbre de la mujer argentina

En su nueva novela Claudia Piñeiro reflexiona sobre los abusos de poder en plena era tecnológica

Claudia Piñeiro David JarLa Razón

El 30 de marzo de 2023 caía al vacío desde un sexto piso una joven de 27 años. Ocurrió en el barrio de Recoleta, en Buenos Aires, tras haber sido invitada a una fiesta privada organizada por un poderoso empresario. A día de hoy, no se ha llegado a oficializar su muerte. ¿Fue un suicidio o un asesinato? ¿Cayó o fue empujada? No es el único caso, asegura la escritora Claudia Piñeiro, «de una mujer que cae en circunstancias extrañas desde un edificio en la Argentina». En base a estas tragedias, ha confeccionado su nueva novela, para la que también se ha inspirado en una reflexión relacionada con este suceso, pues la mujer que falleció era escort: «A partir de la pandemia se exacerbó el no creer en el futuro de determinadas generaciones. Entonces se encuentran atajos para recibir dinero de manera más rápida y fácil. Los valores se volcaron en las criptomonedas y el juego online, y las mujeres en el mundo del trabajo sexual».

Se trata de «La muerte ajena» (Alfaguara), una novela cuyo punto de partida también coloca a una escort cayendo al vacío en sospechosas circunstancias. De nuevo la autora refleja en su escritura su preocupación sobre las presiones sociales que acechan a la mujer, ante todo en su país. Ya en sus novelas «Catedrales» o «El tiempo de las moscas» deja evidencia de una de sus grandes inquietudes que también incluye en este nuevo volumen, y que tiene que ver «con el lugar de la mujer en la sociedad, y sobre todo en la actual». Y se centra ante todo en lo que ella más conoce, que es Argentina, donde a nivel social «siempre ha habido grietas, pero ahora hay una diferencia sustancial. En el pasado, eran problemas políticos, pero hoy tiene más que ver con que se ha destruido la cohesión social», advierte Piñeiro.

En Argentina, dice la autora, «a veces nos reímos, porque decimos los autores que no tenemos la posibilidad de aburrirnos nunca». Aunque la historia que refleja en «La muerte ajena» la tilda de «universal, porque tiene que ver con la relación entre el sexo y el poder». No se trata de una novedad, pero «lo que sí da cuenta el libro es de un cambio en su exposición». Es decir, «al menos en Argentina hoy se exhibe más salir con prostitutas. Tenemos un presidente al que le gusta exponer si sale con una mujer o con otra», explica. Una situación que parece contradictoria, pues si bien es cierto que en pleno siglo XXI se ha avanzado en términos de feminismo, también estamos en la era de la tecnología, del postureo y la ostentación. «El lugar de la mujer vuelve a estar en peligro en algunos lugares. En España entiendo que estáis bastante protegidas, pero en general la ultraderecha tiene otro proyecto para la mujer, y no es precisamente el de que sea independiente y profesional», continúa la autora, «en la Argentina la campaña se centra en que si no aumenta la natalidad nos vamos a extinguir como país».

Censura indirecta

Pero en «La muerte ajena» no es Juliana, la chica que cae al vacío, la principal protagonista. Sino que es Verónica Balda, periodista de radio cuya vida cambia por completo cuando le llega la noticia de esta tragedia, pues una historia densa y secreta la conecta con la víctima. «Me gusta reivindicar el periodismo, me parece que es un trabajo esencial», afirma Piñeiro, quien también destaca que la novela está dividida en tres partes, cada una con un narrador poco confiable: «No sabes cuál es la realidad, y eso es algo que vivimos nosotros y también el periodismo, que es un oficio que se está rede-socializando un poco», opina.

Además, Piñeiro incluye a los periodistas a ese grupo de grandes enemigos del gobierno argentino, en el que también se incluyen cantantes o algunos escritores. «Hay una censura indirecta», confirma la autora, quien es una de las voces en términos de activismo social más importantes de la literatura de su país. «No hay un organismo censor, pero sí hay ataques contra las personas que hablan. Hay muchos periodistas, sobre todo mujeres, atacados permanentemente por el presidente», lamenta. Es por ello que la autora, para quien cada vida al ser contada puede ser una narración novelística, asegura que de haber un libro que hablara sobre el mundo en el que vivimos se titularía «Confusión. Una incertidumbre constante», concluye.