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Spinoza: para entender cómo nació la vacuna contra el covid hay que leerlo

En su nuevo ensayo, José Rodrigues dos Santos analiza cómo el filósofo abrió el camino hacia la modernidad

Retrato de Baruch Spinoza
Retrato de Baruch SpinozaLa Razón

Spinoza «mató» a Dios. No portó para ello cruz ni corona de espinas, no provocó el apocalipsis ni cabalgaba como jinete. Simplemente hizo uso de una herramienta que hoy se necesita tanto como a veces se repudia, de una estrategia que no casa con la instantaneidad actual, sino más bien con lo reflexivo y fundamentado: la razón. Spinoza decía siempre «que debíamos usar la razón. No solamente su periódico, sino también el método, pues es muy importante para entender el mundo», bromea el portugués José Rodrigues dos Santos sobre el nombre de nuestro diario. Es presentador de «Telejornal», el informativo principal de la radiotelevisión pública del país vecino, pero también escritor y admirador de las grandes figuras del pasado. Tal es así que acaba de publicar «El secreto de Spinoza» (Espasa), libro en el que rescata a un hombre que vivió marginado, perseguido, pero gracias a cuyas ideas podemos concebir, entender y juzgar el mundo en el que hoy vivimos.

La novela se ubica en Amsterdam, en 1640. Spinoza, considerado el mayor prodigio de la comunidad portuguesa en los Países Bajos, es expulsado por la sinagoga por cuestionar las Sagradas Escrituras. Es decir, por comenzar a hacer preguntas incómodas: ¿quién escribió realmente la Biblia? ¿Cuál es la verdad sobre Dios? ¿Qué es la naturaleza? Arrancaba con estas cuestiones la constitución del mundo moderno. «Spinoza demostró en su obra ‘‘Tratado teológico-político’’ que la Biblia no es un texto divino, sino humano, hecho por y para razones humanas», apunta el autor. Entonces, ¿«mató» a Dios? Si bien Francis Bacon y René Descartes defendían que, aún siendo todo en la naturaleza causa y efecto, Dios era la primera causa, Spinoza «terminó de desarrollar esta idea a través de su obra ‘‘Ética’’. Ahí dice que Dios es la naturaleza. Es decir, no existe nada fuera de ella, todo se explica por ella. Y al decir eso ‘‘mató’’ a Dios. Esto era una crítica hacia Biblia y un gran terremoto en la época, considerado como una gran herejía. Su libro fue prohibido y se decía que fue fabricado por el propio Satanás desde el infierno», apunta Dos Santos.

A no ser que vaya a los Países Bajos, Spinoza –neerlandés, de origen sefardí hispano portugués– es hoy otra de esas figuras olvidadas, infravaloradas. «No conozco el caso de España», explica Dos Santos, «pero en Portugal apenas se le conoce. Quizá haya una pequeña calle con su nombre. En los Países Bajos sín, se hacen semanas culturales para hablar sobre él en las escuelas, incluso en el Gobierno; en La Haya, sus frases están esculpidas en la piedra del edificio». No en vano, es un filósofo cuya obra se debe rescatar, pues defiende el periodista que «hoy vivimos en el mundo de Spinoza. Desde un punto de vista científico, teológico y político, él conceptualizó nuestra realidad. Fue un autor pionero, como Platón o Sócrates. Esta novela permite entender la actualidad de Spinoza, porque nos recuerda cómo empezó todo, cómo fue creada nuestra sociedad, en qué circunstancias, bajo qué ideas, y si estas siguen siendo actuales».

José Rodrigues dos Santos
José Rodrigues dos SantosEspasa

En dicho sentido, defiende el autor que la actualidad del pensamiento de Spinoza existe en dos vertientes. De un lado, «sus ideas son necesarias dado el ataque a la razón que existe actualmente», pero también por el que «recibe la democracia por parte de las dictaduras. Estamos hoy en un punto político y geopolítico semejante a la situación de 1939. En ese año se produjo el pacto nazi y comunista que abrió el camino hacia la Segunda Guerra Mundial. Una alianza que duró hasta 1941», repasa Dos Santos. Es decir, se produjo una alianza de las dictaduras contra las democracias, para terminar con la orden liberal. «Y lo que dicen las dictaduras actuales es lo mismo», continúa el periodista, «Putin tiene el apoyo de China, Irán, Corea del Norte y de otras dictaduras escondidas. Y eso se opone a las democracias, un mundo que parece que siempre está en decadencia, porque discutimos, pero ante el peligro permanecemos unidos. Eso es lo importante de toda democracia, su tolerancia, que es su debilidad pero también su fortaleza. Y, en este sentido, Spinoza tenía razón: vivimos en su mundo, pues la libertad y el desarrollo resisten, pero siguen estando bajo amenaza».

Bajo amenazas

Y, si bien fue acusado de hereje y fue perseguido, tachado e incluso olvidado, no hay etiqueta que envuelva el nombre del filósofo más allá que el del padre de la razón. «No era nacionalista, ni socialista, y mucho menos nacionalsocialista», advierte Dos Santos, «él era liberal, creía en la libertad como lo más importante de todo gobierno». Unas ideas que calaron, sobre todo, en Alemania, Francia o Inglaterra. «Nietzsche, Shopenhauer, Kant o Marx fueron fuertemente influidos por Spinoza», explica Dos Santos; y «John Locke, Voltaire, Rousseau o Montesquieu comenzaron a transmitir sus ideas, a reproducirlas para los políticos. Ahí se fundamentaron los cambios que se han ido produciendo en la humanidad y que permiten el desarrollo del que hoy gozamos en la realidad. Para todo lo que ocurre hoy, para entender el desarrollo de la vacuna contra el Covid o la llegada del hombre a la Luna, es muy importante conocer a Spinoza y sus ideas», concluye el autor.