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Mick Jagger: que viva más que Isabel de Inglaterra

Los Rolling Stones, con Ronnie Wood, Mick Jagger y Keith Richards en la imagen, se formaron hace cinco décadas y mantienen su actividad con rigor empresarial
Los Rolling Stones, con Ronnie Wood, Mick Jagger y Keith Richards en la imagen, se formaron hace cinco décadas y mantienen su actividad con rigor empresariallarazon

Cuando uno de ellos se pone enfermo, la humanidad tiembla. No porque les quede alguna obra maestra que publicar, que ya suponemos que no, sino porque su ópera magna es su longevidad. Así que, cuando trasciende que uno de los Rolling Stones ha caído enfermo es como cuando se muere la persona (bueno, el japonés o la italiana) más vieja del mundo, todos nos ponemos a temblar. Mick Jagger necesita tratamiento médico para una dolencia que no ha sido revelada, pero que, según parece, es algo más que una gripe. Tiene el caballero 75 años y ha dejado colgados a unos cuantos miles de fans de Norteamérica al cancelar la gira de la banda por EE UU y Canadá, según hizo público el grupo el sábado a través de sus canales oficiales. Pero esos fans decepcionados, créanme, son lo de menos. Los británicos tienen un seguro que se hace cargo de todas las molestias, de la devolución de los centenares de miles de dólares por los tickets y de la cancelación de su circo que ya tenía 17 fechas confirmadas de Florida a California. Lo realmente grave es la salud de su Satánica Senectud y la eventualidad de que abandone el reino de los vivos antes que la reina Isabel de Inglaterra, por ejemplo. Sir Mick Jagger y compañía tienen en vigor un contrato con las autoridades competentes en materia de traslados al otro barrio y no parece que de momento el británico lo considere roto: «Realmente odio decepcionaros así», escribió en Twitter. «Estoy devastado por tener que posponer la gira, pero trabajaré muy duro para volver al escenario tan pronto como pueda. Una vez más, enormes disculpas a todo el mundo», decía el cantante, dando por sentado que volverá a las actuaciones en una temporada. Sin embargo, muchos no podían evitar ayer sentirse como cuando uno se parte un hueso cualquiera que sea, ese instante en el que la mortalidad se presenta con un chasquido estremecedor. Porque Jagger ha sobrevivido a tanta gente que no queremos ponernos dramáticos, pero este señor es bisabuelo y... por el amor de Dios, tiene un niño de tres años. Es el octavo de la quinta mujer (obviamente, de entre incontables parejas), pero no me negarán que esa criatura merece un niño o un abuelo o lo que sea que el cantante pueda suponer para él. En todo caso, y antes de que los abogados del artista se las deseen para dividir la herencia, nos gustaría que los Stones den un poco más de guerra y sigan haciendo girar la maquinaria del «show bussiness», porque todos tienen bastantes bocas que alimentar y más gastos que una comunidad de vecinos. O, simplemente, por la malsana curiosidad de ver quién de los cuatro –Jagger, Richards, Watts y Wood– le aguanta mejor al pulso al Bajísimo. Que este «memento mori», por vana y efímera que sea su enseñanza, nos conceda una prórroga de un ídolo.