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Miembros de la SGAE piden un observador al Ministerio de Cultura para que supervise su próxima votación

José Miguel Fernández Sastrón, presidente de la Sociedad General de Autores de España (SGAE) / Foto: Efe
José Miguel Fernández Sastrón, presidente de la Sociedad General de Autores de España (SGAE) / Foto: Efelarazon

José Miguel Fernández Sastrón, presidente de la SGAE, ha encontrado una dura oposición a su gestión. Varios miembros de la directiva reclamaron hoy, “por vía de urgencia” y ante la votación del 21 de junio de una reforma de los estatutos de esta entidad, que el “Ministerio de Cultura garantice la limpieza y la transparencia” de esta consulta y reclaman que ponga un “observador” para “que no se falsee el resultado”.

Antonio Onetti, una de las personas que ayer denunció la deriva de la dirección, aseguró que “no pedimos algo que no sea competencia del Ministerio. De hecho, él tiene que tutelar esta institución. Hasta ahora ha hecho una dejación de funciones”, apostilló. El músico Patacho Recio fue más allá en sus críticas, afirmó que “a día de hoy no podemos asegurar que todas las personas puedan votar en la asamblea” y aseguró que el sistema podía hackearse o manipularse durante la consulta. También aseguró que él todavía no había recibido una papeleta para cursar este derecho. Durante las distintas intervenciones, en las que también participaron, Paloma Pedrero, Inés París y Julia Altares, entre otros, se oyeron diversas voces. Muchas de ellas pidiendo perdón por haber creído las promesas que hizo Sastrón y haberle respaldado. Todas reconocieron que habían cometido un grave error y que ahora se encuentran ante una persona dispuesta centralizar el poder a su alrededor y desplazar o marginar a aquellas que podían hacerle sombra. Julia Altares precisó que el nuevo estatuto (que permitiría que Sastrón se perpetuara en el cargo durante ocho años más, a pesar de que ya ha cumplido con sus dos mandatos) está dirigido a un solo cometido: “conseguir un poder total” y que Sastrón pueda “perpetuarse” en el poder. De momento, y ante esa votación, se está intentado convencer a los socios para que se vote “no” en la siguiente asamblea.