Moda sin artificios

Tuve la suerte de coincidir con Pedro en varias ocasiones. Era un placer hablar con él, escuchar sus historias y sus batallitas. Él vivió en primera persona los maravillosos años 80 y sabía transmitir todo lo que ocurría entonces. Sin duda, ha sido una referencia en el mundo de la moda y para mí personalmente. Fue un hombre disparatado que ha dejado un legado indiscutible en nuestro sector. Su máxima obsesión era que las mujeres estuvieran guapas, definidas y sin artificio. Huía de todo lo que no fuera natural. Con el paso de los años se convirtió en un personaje auténtico. A Pedro no le importaban los papeles ni los asuntos administrativos, sólo quería que la mujer estuviera guapa. Supo trasladar la visión realista de su mundo a las pasarelas y huía de la «pasarela disfraz». Su obsesión siempre fue trasladar la belleza femenina a la moda y viceversa.