Dior impulsa la Alta Costura en París
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Christian Dior presentó una colección de Alta Costura, para la próxima primavera-verano, rica y variada, en la primera jornada del calendario oficial de esta apelación parisiense, en la que también desfiló Iris Van Herpen.
Dior, bajo la batuta de su director artístico, Raf Simons, reconstruyó un jardín en una carpa en el interior de las Tullerías, por donde invitó a pasear a las modelos, convertidas en "flanêuses"modernas.
La exultante creatividad dio como resultado casi medio centenar de diseños que, según explica el modisto en el comunicado entregado a los asistentes, representan un cambio respecto a la última presentación de Alta Moda, pero sigue desarrollando conceptos que llevó a escena entonces.
Las flores se incorporan a las prendas que circulan por este jardín de las estaciones del año, ya sea engarzadas en pedrería o cosidas.
La seda, la organza, el tul y el satén construyen faldas resplandecientes y holgadas, así como estructuradas partes de arriba en forma cuadrada.
La genialidad de Simons se vio en una falda semi-globo, sólo abultada la parte trasera, y en los refinados y laboriosos brocados de sus vestidos de noche.
El creador juega con los volúmenes al pasar de vestidos abullonados a vestidos de tubo que comienzan su vuelo casi a la altura de la rodilla.
Las medias de colores regresan al armario de la temporada, en azul, amarillo, naranja o rosa.
El escote de palabra de honor fue el rey del desfile, mientras las partes de arriba se fueron estirando hasta convertirse en mini-vestidos que se combinaron con pitillos o faldas.
La paleta cromática, tremendamente variada y estival, recorrió los tonos neutros, hasta el rosa palo, el azul noche, el celeste, el marino, el malva pálido, pasando por llamativos cereza y amarillo, sin olvidar las declinaciones anacaradas.
El primer pase del desfile, de los dos que Dior organizó hoy, contó con invitadas como las actrices estadounidenses Sigourney Weaver, Jessica Alba o Marisa Berenson.
La joven modista holandesa Iris Van Herpen, nacida en 1984, llenó de electricidad el Hotel Intercontinental, con una colección titulada "Voltage", que contó con elementos fabricados por una impresora en 3D.
Tras un imponente comienzo, protagonizado por un mimo que conducía la electricidad por su cuerpo de tal manera que emanaba descargas violetas por sus extremidades, desfilaron las modelos con unos diseños que evocaban el imaginario animal, como la osamenta o las branquias.
La rigidez extrema de algunas prendas-joya fue dejando paso a vestidos de movimientos armónicos, compuestos por estrellas de filamentos plásticos que ondeaban a cada paso, para finalizar en un cóctel en origami plateado, que flirteaba con la luz.
Alexis Mabille deleitó a la audiencia, entre la que se encontraba la diva del burlesque Diva Von Teese, con una colección teñida de rosa que se atrevía tímidamente con el violeta, el cereza, el amarillo oro, el crema, el negro y las diferentes declinaciones de blanco.
Para su entrada al club de la Alta Costura -esta era la primera ocasión que desfilaba con esta apelación, atribuida en diciembre- optó por explotar los bordados, las rejillas, la pedrería, el encaje las flores y sus tradicionales lazos.
Un vestido de cóctel con escote en corola, en guipur de rafia, evidenció las líneas matrices de un modisto que privilegia los corpiños entallados.
Un mono muy estrecho en gris plateado con topos negros consiguió deslizar una cola que partía de la parte delantera de la pernera.
Maurizio Galante jugó con el balanceo del cuerpo al concebir unas prendas de filamentos o rectángulos que, de forma más o menos ostentosa, dejaban entrever lo que había debajo.
Para su espectáculo, contó con modelos jóvenes y maduras, que se ganaron los aplausos del público al llevar con garbo vestidos ajustados y chaquetas con vida propia.
En esta primera jornada oficial, a la que precedió en la víspera la presentación de Alta Moda de Atelier Versace, también desfilaron en el "off"Éric Tibusch y Clarisse Hieraix.