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El modisto venezolano Óscar Carvallo convirtió en peces a sus modelos en su primera colección de alta costura que presentó hoy en París y en la que destacaron los metalizados y la contraposición entre formas rígidas y vaporosas.
"Vengo de Venezuela, de la costa del Caribe, y el mar siempre ha sido una inspiración", aseguró a Efe el diseñador, que ha reunido 40 diseños bajo el título "La femme poisson", "no es la sirena, es la mujer pez", precisó.
Sus siluetas se basan en "figuras marinas: peces, estrellas, huesos de peces, y todo lo que representa el mar", explicó Carvallo, quien dotó a sus prendas de aletas y de un movimiento suave, como si estuvieran mecidas por las olas.
El mundo de Neptuno se imprimió en los colores, entre los que destacaron el azul del mar, inspirado en la tonalidad acuática del paradisíaco archipiélago venezolano de Los Roques, el blanco de la espuma de las olas y los predilectos oro y plata del modisto.
"Las texturas son importantísimas. Hemos trabajado para esta colección una técnica que vengo trabajando desde hace mucho tiempo, que es el cuero cortado con láser, en forma de escamas de pescado", aseguró Carvallo.
Este recubrimiento animal configuró sólidos corpiños que unidos a faldas de gasa plisada encarnaron el cuerpo y las aletas de los peces.
La raya inspiró elegantes vestidos blancos con dos extensiones que emulaban las extremidades del selacio, mientras que la vegetación marina se plasmó en las flores plateadas en varios modelos, entre ellos, algunos cócteles.
La ondulación dio forma a volantes en los hombros, los mejillones moldearon las joyas y las perlas se incrustaron en los brocados.
Las branquias y la espina dorsal estructuraron algunas siluetas, mientras una inmensa capa envolvió con suavidad un body de escamas.
Óscar Carvallo, asentado en la capital francesa y de la moda desde 2003, presentó su primera colección de prêt-à-porter en 2007 y ahora da el salto a la alta costura, una especialidad en la que ya había trabajado en Venezuela y por la que siente especial debilidad.
Tras cursar sus estudios en Italia, decidió trasladarse a París para dar rienda suelta a su creatividad y ahora, junto con el brasileño Gustavo Lins, puede contarse entre los escasos latinoamericanos que se han hecho un hueco en este ámbito.
"Luché por esto y estoy adaptado aquí, llevo 11 años ya. Para mí significa algo inmenso, porque siempre soñé con presentarme en París, la verdad es que nunca pensé que pudiera hacerse realidad", confesó.
La producción de Óscar Carvallo está disponible, además de en la ciudad de la luz, en Caracas y Miami.