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Mozart,un genio exigente de 16 años

El Teatro Real inaugura temporada con «Lucio Silla», un infierno operístico para la voz
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El Teatro Real inaugura temporada con «Lucio Silla», un infierno operístico para la voz.
Lo único que tiene «Lucio Silla» de menor en el universo mozartiano es la edad a la que su autor compuso la ópera, pues era apenas un joven de 16 cuando recibió el encargo. Estaba frente a su tercer título y no se demoró demasiado. Le costó lo que le costó. Los años no fueron impedimento para que, como aseguraba ayer el director artístico del Teatro Real, Joan Matabosch, si únicamente hubiese escrito esa obra y después fallecido ya habría sido tenido como uno de los grandes en el mundo de la ópera. El título, escasísimamente representado en el universo de este genio precoz, abrirá por la puerta grande la nueva temporada del coliseo, la de 2017-2018, un año repleto de encuentros, hallazgos, óperas que serán un descubrimiento para los oídos y jalonado por un par de efemérides: la celebración de la reinauguración, veinte años, y la del bicentenario del coliseo. La primera, a la vuelta de la esquina el 11 de octubre, y la segunda, en abril.
Decíamos que esta obra, basada en la figura del emperador romano Lucio Cornelio Silla aficionado a imponer su criterio por la fuerza bruta (una historia que hoy sigue teniendo fuerza y actualidad), pocas veces sube a escena. Ayer explicaron el por qué pormenorizadamente tanto Matabosch como el director musical, Ivor Bolton. Se trata de un caballo de batalla para las voces, un verdadero caramelo envenenado. «Quizá solamente en eso se pueda notar la falta de madurez del compositor, en que pone a prueba de una manera terrible, extrema, a los artistas, a los que lleva al límite», explicaba el responsable artístico. De hecho, Mozart busca primero la voz y con arreglo a ésta escribe el papel. Los recitativos son largos y enjundiosos y aunque la pieza pueda resultar endeble temáticamente queda superada con creces por la complejidad musical y la exigencia de virtuosismo en los artistas. «Está entre lo más difícil que se haya compuesto nunca para la voz humana, de ahí lo poco que se prodiga. Estamos ante un acontecimiento mayúsculo», aseguró. El hecho dio motivo a la explicación de una anécdota curiosa: el cantante que iba a estrenar la ópera en el papel principal enfermó poco tiempo antes. Hubo que buscar a un sustituto a toda prisa, labor complicada teniendo en cuenta las cualidades canoras que debía poseer el artista. Lo hallaron, pero distaba bastante del original por lo que Mozart tuvo que reescribir la parte correspondiente al protagonista, aligerarla vocalmente, simplificarla y cargar el peso en la orquesta. Sus intervenciones quedaron reducidas a un par de ocasiones (parece ser, además, que el tenor estaba literalmente aterrado de tener que enfrentarse a ese caballo de batalla). El éxito del estreno fue enorme.
Tres horas
¿Y esta extrema dificultad ha hecho que ahora se haya modificado el texto? Bolton respondió que no se ha realizado una transposición sino pequeñas adaptaciones sobre la partitura original. El estreno en Milán, el 26 de diciembre de 1772, duró seis horas con piezas de danza intercaladas. En Madrid será la mitad, tres. La puesta en escena lleva la firma de Claus Guth, que ha trabajado mano a mano con el director musical. Para Matabosch, esta escenografía es la única posible para un escenario, «aunque lo que hemos hecho ha sido crearlo de nuevo, como si fuera la primera vez que trabajásemos con ella. La iluminación, por contra, si será totalmente nueva», avanzó.
Para interpretar a los actores de este drama en tres actos se ha contado con un par de repartos nada menos encabezados por Patricia Petibon, en palabras de Matabosch la mejor Giunia que hoy se puede escuchar, que se alternará con Julie Fuchs. Junto a ellas, las mezzos Silvia Tro Santafé, Marian Comparato (como Cecilio), las sopranos Inga Kalna y Hulkar Sabirova (Lucio Cinna) y María José Moreno y Anna Devin (celia). El reparto se completa con los tenores Kenneth Tarver y Roger Padullés (Aufidio).

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