Entrevista

José Mercé: «La convivencia que teníamos los artistas en los años 70 ya no existe»

Dentro de la gira de presentación de su nuevo álbum, «El Oripandó», el artista actuará el 10 de julio en el Teatro Real

El cantaor José Mercé
El cantaor José MercéGonzalo Pérez MataLa Razón

El flamenco corre por sus venas, y tan solo con su presencia hace indiscutible referirse a él como una de las grandes figuras del género en España. Su carisma rebosa en una gran sala del Teatro Real, donde nos recibe un mes antes de su actuación en este templo madrileño. «Es una gran satisfacción presentar “El Oripandó” en este escenario. No quiero pecar de presuntuoso, pero esto no es un disco, es una obra. Van a ver a un José Mercé muy distinto», nos comenta, en referencia a la actuación que ofrecerá el 10 de julio en el marco del Universal Music Festival para presentar este álbum ya publicado, que es retrato de las infinitas posibilidades musicales que respiran alrededor del flamenco.

«El Oripandó» es de sus discos más íntimos, ¿se siente expuesto al llevarlo al directo?

Es una obra muy emotiva, una biografía mía, y a la gente le llega muchísimo. He trabajado en él, junto al productor, Antonio Orozco, cerca de tres años, y hemos sacado un trabajo que hay que escuchar mucho. Quienes vengan al Teatro Real no van a salir indiferentes.

Escuchar mucho, ¿por qué?

Porque hay desde un martinete, que es lo más primitivo del flamenco, hasta un rap. Tenemos a Lang Lang, uno de los mejores pianistas del mundo, tocando por bulería, a Pablo López, Tomatito, Mala Rodríguez... me he rodeado de unos compañeros maravillosos, estoy muy contento. Esta obra es algo muy nuevo, un antes y un después de José Mercé, un punto de inflexión en mi carrera.

Nunca es tarde para cambiar.

Sabéis que siempre he sido arriesgado en el mundo del flamenco, y aquí lo he hecho más que nunca.

¿Cuál ha sido el mayor riesgo?

Salir de un cante tan puro como un martinete, pasar a un tipo de tango y que, de repente, salga la Mala Rodríguez rapeando. Es muy fuerte (ríe). Ahí te das cuenta de lo grande que es la música. El flamenco es música de raíz, eterna y que no tiene moda. Está tan vivo que todos los grandes músicos de todo tipo de géneros han cogido algo de él. Algo tendrá.

Va en aumento la tendencia de recuperar el folclore con esa fusión de géneros.

Afortunadamente, la gente joven se está dando cuenta de que esa es nuestra música, y que es tan importante como la que viene de fuera. El flamenco es para todos, y ese concepto del cuarto de los cabales sirve cuando nos reunimos y cantamos para nosotros. Pero ser profesional es otra cosa.

¿Dónde cree que sitúa la juventud al flamenco?

Las nuevas generaciones están haciendo un flamenco muy abierto, tanto en guitarra como en baile o en cante. Eso es importante, porque, como toda la música, el flamenco no tiene por qué perder su base, la seguiriya, la soleá, pero es excitante ver cómo se puede llevar a todo tipo de estilos.

«El Oripandó» significa «nuevo amanecer» en caló, ¿cómo busca eso en su vida?

Quería sacar todo lo que me ha ocurrido en mi vida hacia afuera. Tanto lo bueno como lo malo. En el primer single, «Jamás desaparece lo que nunca parte», le canto a mi hijo Curro, que hace 28 años se nos fue. Me gusta el título porque mi hijo no se ha ido, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos está con nosotros.

José Mercé en el Teatro Real.
José Mercé en el Teatro Real.Gonzalo Pérez MataLa Razón

Entonces, para que haya un antes y un después en la vida, es necesario huir del olvido.

Lógicamente. Pienso que la forma más bonita de amar la música es tener todos esos recuerdos y poder plasmarlos, poder contárselos a tu gente cuando vienen a escucharte. Porque cantar no es gritar, sino contar historias.

Se está celebrando el centenario desde que en Granada Lorca y Falla impulsaran el Concurso de Cante Jondo, algo histórico en el mundo del flamenco. ¿Se podría repetir una escena artística como aquella?

No. Eso fue lo más grande que se hizo en el mundo del flamenco, pero ocurrió en esa época, desgraciadamente según está la sociedad actual no podría repetirse.

¿En qué sentido?

Ya no tenemos esos valores. Antes el mundo era distinto, y bajo mi punto de vista hoy sería algo impensable hacer eso.

¿Qué valores tenemos hoy?

Vivimos muy poco, estamos deshumanizados. He tenido la suerte de vivir dos épocas, y la convivencia que teníamos en los años 70, cuando llegué a Madrid con 13 años, hoy no existe. Echo mucho de menos que no podamos tener los garitos que teníamos para juntarnos todos los días. Aprendíamos unos de otros, y había vivencias humanas y muy bonitas. No pensábamos en comprarnos lavadoras, pisos ni coches, sino que estábamos locos por que nos pagaran, para gastarlo entre nosotros. Pensábamos en vivir el momento, disfrutar de nuestro arte. Es una pena, eso hoy en día no puede ser. Pero bueno, hay que adaptarse a los tiempos.