La OCNE se vuelve barroca
Obras de Haendel. Orquesta y Coro Nacionales de España. Director: William Christie. Auditorio Nacional. Madrid, 10-II-2019.
Bajo el ciclo «Dioses y Reyes» se ha vuelto a presentar William Christie con los conjuntos de la OCNE. Lo hizo con gran éxito en 2015 con un repertorio compuesto por Rameau y Charpentier y ahora tocaba Haendel. Christie es muy querido en nuestro país. Es artista exigente con sus músicos y con el público. Recordemos que hace dos años, en el mismo Auditorio Nacional, expulsó a un espectador porque le había sonado el móvil durante «El Mesías». A la OCNE le vienen muy bien las visitas de directores como Christie, que la alejen por unos días del repertorio romántico. El programa estuvo muy bien diseñado, con una selección del oratorio «Israel en Egipto» y dos piezas de las «Coronation Anthems». Entre unas y otras dos, los «Concerto groso n.7 HWV 318» y el «n.6 HWV 324». Frente al carácter desenvuelto del primero, el más oscuro del segundo. Christie logró que el sonido de la ONE se aproximase al del grupo que fundara en 1971. Escribo «se aproximase» porque aún quedan caminos que recorrer para que una orquesta como la ONE pueda tocar como los grupos barrocos reducidos y expertos. Bien lo sabe Christie y por ello se trajo al primer violín Hiro Kurosaki. Muy buen trabajo el del Coro Nacional que dirige Miguel Ángel García Cañamero, ampliamente obligado a saludar por el maestro invitado. Fue una delicia escucharles en las páginas más suaves y no tanto en las más potentes. Dos voces de la propia agrupación, la soprano Margarita Rodríguez y la mezzo Marta Caamaño, abordaron las partes solistas del oratorio haendeliano. El mismo nivel, quizá aún superior, se mantuvo en sendos «Coronation Anthems». «The King shall rejoice» y «Zadok the priest» comparten tonos grandilocuentes. Fue una adecuada finalización de un muy buen concierto, vitoreado por los asistentes, que obligaron a entonar la coral más conocida de Haendel.