Las dos caras de Anni B. Sweet
Presenta nuevo disco en el ciclo Vodafone Yu Music Shows, y después en el Sos 4.8 de Murcia, antes de recalar en Festimad
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Presenta nuevo disco en el ciclo Vodafone Yu Music Shows, y después en el Sos 4.8 de Murcia, antes de recalar en Festimad
«Trato de quitarme complejos e inseguridades que tengo para poder ser quien quiero ser», confiesa Anni B. Sweet. «Soy tímida hasta el extremo y eso me ha perjudicado mucho, porque, por mis propios miedos, hay quien se ha hecho una imagen de mí muy diferente a cómo soy en realidad», comenta la cantante malagueña, que acaba de publicar «Chasing Illusions» (Subterfuge), un disco que, a la primera escucha, evidencia cambios como los que se provocan cuando se abre una ventana de casa al volver de vacaciones. Luz, aires nuevos ochenteros, espíritu positivo en la carrera de la artista, que sube además un peldaño de calidad con respecto al excelente (y oscuro) «Oh Monsters». «Ese disco está marcado por cómo era mi vida. Vivía en Madrid y me sentía bastante sola, por mi propia timidez, de la que te hablaba antes. Me quedaba en casa componiendo toda la noche, hasta las seis de la mañana, junto a mis monstruos interiores. Y de esa combinación es difícil que te salga un disco alegre por mucho que quieras». Se trasladó a Granada, donde ha escrito, a la luz del día, los temas del disco, que presenta este fin de semana en Barcelona, el próximo 2 de mayo en el Festival Sos 4.8 de Murcia y después en Leganés, en la programación de Festimad.
Una personalidad oculta
«Ahora duermo de noche –aclara riendo– y me tomo las cosas de otra manera. He aprendido a quitarle importancia a algunas cosas y trabajar poco a poco para llegar adonde quiero. Estoy trabajando con mis inseguridades». Con la ayuda de Noni (Lori Meyers) en la producción del álbum, se ha adentrado en un mundo de sintetizadores y ha jugado con sonidos de baterías de los ochenta. «Es algo que ahora suena moderno porque impregna la música de baile que se está haciendo, pero que para mí era desconocido». Entonces, lo «moderno» ahora no son los 60 y los 70, sino los 80. «¡Quién se aclara!», dice la cantante, que aplicó a sus formas de componer de las décadas anteriores el acabado del sonido de esos discos de baile. Hay un aumento de la confianza en sí misma. «Por supuesto, por ahí se empieza. He pasado por una fase en la que le echaba la culpa a todo lo que me rodeaba y en realidad el problema era mío. Sigo intentando quitarme complejos y ser un tipo de persona que sé que está dentro de mí pero que no alcanzo a sacar. Te lleva a dudar siquiera de si existe esa personalidad oculta», comenta. Por eso, el disco se titula «Chasing Illusions» («Persiguiendo ilusiones»). Exacto. Por mejorar en muchos sentidos, en ser mejor músico y superar etapas, cumplir objetivos. El anterior EP se titulaba ‘‘Ridiculous games’’ y, en algunas canciones, culpaba a la ciudad cruel que me rodeaba. Ahora sé que no era el problema». Sin embargo, las ilusiones pueden interpretarse como algo ficticio, como una empresa en vano por alcanzar algo que no existe. «Es cierto, puede que nunca llegue a ser quien quiero ser, pero así es el ser humano». Anni empezó muy joven en la música en un momento en el que las opiniones y las críticas las lanza cualquiera en Internet. «He de reconocer que eso, a veces, me ha afectado y alimentado mis miedos. Creo que se juzga a las mujeres con más dureza por cuestiones que nadie utilizaría contra un hombre. Tenemos que avanzar, pero a veces no me expreso bien sobre este tema y mis opiniones quedan como no las pienso». Ella no es ninguna mujer desvalida, que quede claro. Uno de los cortes del nuevo álbum, «Watch Me Shoot You», toma ese personaje femenino fuerte. «En realidad iba dirigida a varias personas sobre las que pensaba: “me los quitaría de enmedio”. Sin embargo, finalmente se convirtió en algo peliculero. Al escribir la letra, me bloqueé en la segunda estrofa y pensé en la persona esa a la que quería liquidar, y me dí cuenta de que ¡yo era peor! ¡Quería matar a alguien! Así que la convertí en una canción dedicada a mi yo maligno. Tu parte mala, esa que tienes. Y esa es la letra de la segunda estrofa: ‘‘Vete y déjame en paz’’ se dirige a mí misma, a la parte que me hace decir cosas que no quiero y otras de las que me arrepiento. Y la terminé así». Bueno, eso es para los que piensen que Anni siempre es dulce. «Es una putada lo del nombre. Porque la traducción no quiere decir Anni “es” dulce, sino Anni “sé” dulce. Y es verdad que mi voz es así, pero yo soy tranquila más que dulce. Y según el día...».
Conducir y componer
Uno de los cortes del disco, «Drive», cuenta un hábito: «La hice en el coche, que es mi lugar para componer. Dejo el móvil grabando y canto. Incluso hago los instrumentos (imita un sonido de batería o un piano). A veces, voy por la calle y se me ocurre una idea. Cojo el móvil y le doy a la grabadora y finjo que estoy teniendo una conversación mientras tarareo para que se grabe. Me da mucha rabia perder buenas ideas. En el coche tengo muchas horas, he hecho muchas veces el camino de Madrid a Granada de madrugada. Estás sola en la carretera y empiezas a desvariar un poco y vienen cosas buenas», explica.
- Cuándo: miércoles, 29 de abril. 20:30 horas.
- Dónde: Sala Apolo. C/ Nou de la Rambla, 113. Barcelona.
- Cuánto: gratuita, con invitación.