Sor Cristina: «Me hice monja con un conflicto interior porque necesitaba cantar»
El 11 de noviembre sale a la venta su primer disco: «Sister Cristina»
De estar casi recluida por completo entre los muros de su convento de Milán a convertirse en una de las estrellas de la canción en tan sólo unos meses. Sor Cristina Scuccia, la religiosa ursulina y ganadora de la edición italiana de «La Voz» ha batido todos los récords en YouTube con más de 100 millones de visitas en sus vídeos. Su primer disco, «Sister Cristina», sale a la venta el 11 de noviembre y, mientras, la monja promociona ya su polémico single «Like a virgin», de Madonna. Durante su primera visita a Madrid, ha conversado con LA RAZÓN sobre sus inquietudes y su nueva faceta artística.
–Su vida ha cambiado de manera radical en el último año. ¿Cómo definiría este giro?
–La realidad es que no hay una manera exacta para definirlo, pero sí puedo decir que ha sido una llamada. El Señor me llamó hace años a la vida religiosa en el escenario, cuando interpretaba a sor Rosa, la fundadora de mi congregación, en el musical «El coraje de amar», donde cantaba y bailaba. Fue allí donde sentí algo en mi corazón. Y ahora el Señor me ha traído hasta aquí. Lo que me ha ocurrido no pretende ser una revolución en mi vida porque no me quita nada, sino que es sólo un medio para testimoniar, para evangelizar.
–El Papa Francisco ha pedido varias veces hacer «lío» o dar testimonio en la Iglesia. Seguro que se siente orgulloso del que está haciendo usted...
–Es lo que dije en «La Voz» cuando empecé. La redacción del programa cuando vio un vídeo mío en YouTube me propuso participar. Mi superiora dijo entonces «vamos, sor Cristina», y al ver que el Papa Francisco había invitado a salir a las periferias, acogimos esta llamada como algo nuestro.
–¿Ha podido hablar con él?
Todavía, no, pero es un sueño que tengo. Sí tuve un encuentro con el vicario de Roma, el cardenal Vallini, espero recibir la bendición del Papa Francisco y regalarle la primera copia del disco.
–¿Cómo compatibiliza su vocación religiosa con ser una estrella de la música?
–Lo vivo como una misión en la que está Dios en medio. Mi prioridad es el cuidado de mi vida espiritual: fe y arte van de la mano. Ha sido un camino personal que me ha cambiado porque al principio cuando cantaba antes de la llamada vocacional tenía una idea distinta del canto. Cuando entré en la congregación tuve un conflicto interior en el que pensé: ahora soy monja, pero también tengo este don y debo cantar. En Brasil, donde pasé los primeros años de mi noviciado, se purificó mi idea del canto y se transformó en un don porque la gente me pedía cantar.
–Al mismo tiempo, ¿usted continúa con las obligaciones de una religiosa?
–¡Claro que sí! Si no me alimento, ¿qué puedo ofrecer? Una jornada en nuestro convento consiste en el rezo de los laudes matutinos a las 6:30 horas. Después iniciamos las distintas actividades. También tenemos varios momentos comunitarios. Cuando estoy fuera de casa, para mí es fundamental alimentarme espiritualmente.
–¿Rezan cantando?
Sí, porque llevo la guitarra y animo a la comunidad. Me gusta cantar «Oh Dios, viene a salvarnos»...
–La agencia de noticias de la Conferencia Episcopal italiana la ha acusado de oportunista...
–Esta agencia, que se llama SIR, es como una organización de carácter religioso que da una opinión. La realidad es que publicaron una noticia con un titular un poco particular, pero el director de la agencia ha rectificado la noticia y ha dicho que lo que decía no representa lo que piensan los obispos, sino que era una opinión personal.
–Su single es la mítica y controvertida «Like a virgin» de Madonna. ¿No cree que algunos cristianos pueden sentirse ofendidos?
–Los cristianos tenemos la responsabilidad de salir también a ver todo con ojos nuevos. Dios tiene el poder de hacer nuevas todas las cosas. Cuando leí el texto de la canción pensé en dejar de lado el significado que tenía en el pasado y verlo ahora como una preciosa historia de amor.
–¿Qué consejo le ha dado su superiora?
Todas mis hermanas me sostienen mucho. La superiora me ha dicho: «te recomiendo que cuides sobre todo tu vida espiritual». Lo más bonito es la atención que me presta cuando llego a casa y me pregunta cosas como «¿has comido?». Es como una auténtica madre. Pero lo más importante es el cuidado de la vida espiritual.
–Antes de una actuación o entrevista, ¿reza?
–Invoco al Espíritu Santo: «Ven Santo Espíritu, manda del cielo...». No soy sólo yo la que está en el escenario, sino también en ese momento la voz de Dios.
–¿Alguna vez ha tenido miedo al éxito o al fracaso?
–Es una gran responsabilidad. Sobre todo el próximo año que el Papa ha nombrado «Año de la Vida Consagrada» tengo entre las manos una gran responsabilidad porque me siento llamada a testimoniar que la vida religiosa no me ha quitado nada. Pero soy realista y consciente de que existe un peligro. No obstante me siento muy pequeña dentro de todo esto que es muy grande. Pero es el Señor el que me ha puesto entre sus manos y cuando venga el peligro Dios vendrá y lo quitará. En ese sentido estoy tranquila.