Teatro Real: manual de supervivencia para la crisis
El presidente del Patronato, Gregorio Marañón, hace balance de la gestión de la institución, que ha salido «reforzada» con la autonomía de su gestión
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El presidente del Patronato, Gregorio Marañón, hace balance de la gestión de la institución, que ha salido «reforzada» con la autonomía de su gestión
Por tercer año consecutivo, el Teatro Real ha cerrado su balance presupuestario anual en positivo «sin recurrir para ello a ninguna ayuda extraordinaria de las administraciones públicas ni al endeudamiento, y con una ocupación de su sala algo superior al 93 por ciento», según anunció ayer el presidente de su Patronato, Gregorio Marañón, quien hizo balance de la situación de una de las instituciones culturales más importantes de España. «Podemos afirmar que el Real ha salido de la crisis reforzado», afirmó Marañón en una conferencia en el Nueva Economía Fórum, durante la que desgranó la bicentenaria historia de la institución que preside.
- «Cambio de mentalidad»
En su intervención, se remontó a los orígenes del teatro y repasó las turbulencias que han sacudido a la institución, para dejar constancia de que la historia del mismo es bastante corta en realidad. Igual que en el caso del Liceo de Barcelona, puede empezar a contarse desde los últimos años del siglo pasado. Sin embargo, en este escaso tiempo se han sucedido los gerentes hasta que el Real ha encontrado autonomía de gestión. «Huyo de la palabra independencia, porque nosotros defendemos una institución que está al servicio del interés público y de la ciudadanía. Por lo tanto, no somos independientes. Podemos aspirar, en cambio, a ser autónomos».
La autonomía adquirida y la estabilidad durante la última década con Marañón al frente del Patronato, se ha producido un cambio de modelo de gestión del Teatro. Así, frente a los 28 millones de euros que recibía de subvenciones en 2009, hoy la financiación pública apenas alcanza los 13. Es decir, que entre 2010 y 2015, el Estado se ha ahorrado 78 millones, de unas cantidades, que, según Marañón, «difícilmente volverán a ser aportadas con cargo de los Presupuestos Generales del Estado», unas cantidades que confió en que se mantengan en el caso de que se elaboren unos nuevos presupuestos generales.
Esos recortes, subrayó, se han corregido con el aumento de la inversión privada por la vía del mecenazgo, que se ha multiplicado por cuatro, hasta los 28 millones. Al mismo tiempo, se han reducido los gastos en 30 millones y los costes operativos en 15, como ensalzó, «sin por ello tener un solo día de huelga y sin reducir la calidad de los espectáculos». Del presupuesto total de 50 millones anuales, el Real obtiene un 27 por ciento vía subvención pública, un 26 por financiación privada, y hasta un 47 por ciento a través de los ingresos propios, con diversas modalidades. «En el resto de Europa, lo habitual es que entre el 50 y el 90 por ciento del presupuesto sea de procedencia pública. Por eso, la prensa francesa y la alemana hacen reportajes sobre el Real como modelo», expuso.
A pesar del éxito del modelo, Marañón señaló que resulta «capital» que exista una Ley de Mecenazgo, que el Gobierno se ha comprometido a aprobar en esta legislatura, aunque apuntó que no supondrá un giro radical si no se produce un cambio de mentalidad: «Queremos una sociedad potente y con sentido de responsabilidad hacia la cultura», añadió. «Pero en esta materia, ya está todo inventado en países como Francia, Alemania o Italia, que tiene leyes muy generosas. Por ahí hay que ir».
- «No hay obras»
El teatro, que fue la sede de las Cortes de Cádiz en Madrid antes de ser demolido en 1817, y después sede del Congreso de los Diputados hasta 1850, ha sufrido varias remodelaciones. Sin embargo, Marañón negó que se hayan realizado obras que pudieran objeto de investigación por la Guardia Civil, como se ha publicado en algún medio: «Afirmo rotundamente que ni hay obras ni contratos que investigar», añadió. «He consultado a las más altas instancias del Ministerio de Interior y de la Guardia Civil y nos han desmentido que haya tales investigaciones. Sería un sinsentido, porque esas obras no han existido», dijo sobre las informaciones que vinculaban al Teatro Real con una empresa constructora involucrada en el «caso del 3 por ciento» que se ha relacionado con CDC en Cataluña. Entre los retos que afronta en el futuro inmediato, Marañón enfatizó el de reforzar una institución «abierta a la sociedad» a través de varias iniciativas, como la retransmisión de las óperas en plazas públicas o a través de Facebook Live. «La pregunta es cómo encontrar nuestra razón de ser y justificación social en un entorno irreconocible que ha cambiado dramáticamente en muy pocas décadas. Cómo ajustar sus presupuestos a un tiempo nuevo en el que las subvenciones públicas son y seguirán siendo sensiblemente inferiores a las del pasado. Y, por fin, cómo incorporar las nuevas tecnologías».
Un momento de tensión política
Sobre el entendimiento con los políticos de diferente signo, el presidente del Patronato se mostró muy diplomático. A su juicio, los dos mejores ministros de Cultura para el Real han sido César Antonio Molina (PSOE) e Íñigo Méndez de Vigo (PP), mientras que también ensalzó la colaboración con el equipo del Ayuntamiento que dirige Ahora Madrid. «La primera salida de Manuela Carmena como alcaldesa fue para reunirse con nosotros durante dos horas y media», aseguró. Sólo recordó un momento de tensión, cuando se produjo el fallecimiento de Gerard Mortier había que buscar sustituto. «Desde Cultura se trató de influir en el proceso interno, pero quedó en un intento y salió Joan Matabosch por unanimidad».