Una sobresaliente «Pasión»

Era imposible no recordar las palabras, ya lejanas pero ciertas, de Karajan: «Es tan difícil hacer que una orquesta de veinte suene como una de noventa, como que una de noventa suene como una de veinte». Minkowski hizo el milagro en este espléndido concierto de Ibermúsica. Sus veinticuatro Musiciens du Louvre sonaron como una agrupación mucho mayor y logró que ocho solistas sonasen como un coro de veinte. «La pasión según San Juan» de Bach es realmente la única de las cinco que supuestamente compuso que nos ha llegado completa. Su escritura es trepidante, sus escenas se desarrollan a un ritmo vertiginoso y también es más austera. Escuchar estas dos horas de música sin pausa como debe ser, con un equipo como el de la ocasión es un auténtico placer. Ninguno de los cantantes era primera figura, pero ya quisieran muchas cantar como ellos estas partes. Si ha de destacarse uno, ha de ser el excelente Evangelista de Valerio Contaldo. Además, Minkowski tuvo el acierto de colocarles en la parte superior del escenario, con lo que su sonoridad no se vio perjudicada por la extraña acústica del Auditorio para las voces. El ciclo Ibermúsica se cerrará con dos conciertos de campanillas, como decía Fernández Cid: nada menos que Thielemann con Dresde, Renée Fleming –a punto de cortarse la coleta– y Trifonov –quizá el joven pianista más interesante–. Ningún buen aficionado debería perdérselos, aunque haya quien tema, sin razón alguna más que el nombre de Schoenberg, el «Pelleas y Melisande», obra mucho más romántica y asequible de lo que pudiera parecer.