Teatro

Berlín

Nacho Duato, contento de trabajar en Alemania porque «España es un desierto»

El coreógrafo español Nacho Duato se mostró hoy entusiasmado ante su primera temporada al frente del Staatsballet de Berlín, no solo por la categoría internacional del conjunto sino también porque, a su parecer, "España en el desierto del Sahara"para la Cultura, y especialmente para el ballet.

"Cuando pienso en lo que pasó en Madrid, está muy bien que pasara así", dijo al recordar su ruptura con la Compañía Nacional de Danza española, que dirigió más de veinte años, para pasar a San Petersburgo, y ahora a Berlín.

De haberse quedado en España "estaría bastante jodido, sin un duro y no sabiendo muy bien qué hacer", afirmó el coreógrafo, de 57 años, a medios españoles tras la presentación de su primera temporada al frente de la compañía berlinesa, cuyas riendas asumirá este agosto.

España está "muy mal", añadió, "sobre todo en el arte y la cultura", mientras que ahora dirigirá en Alemania una compañía "con un buen presupuesto, cien bailarines y tres teatros donde bailar"-la Staatsoper, la Deutsche Oper y la Kommische Oper-

Duato afirmó que, desde fuera, ve a España como "el desierto del Sahara", porque la Cultura está viviendo "un parón considerable", donde su antigua compañía, "que tenía una identidad muy fuerte", está ahora "buscando dónde colocarse", sin que nadie sepa "qué está haciendo".

En Alemania el panorama es muy distinto, dijo, -"y no solo por la situación económica"-, y destacó que en ese país hay 72 compañías de danza, sean grandes o pequeñas, ya que cada ciudad tiene una.

Negó así sentir que los años pasados en el Teatro Mijailovksi de San Peterburgo y, ahora, en Berlín, hayan sido una especie de exilio -"nunca he estado en mi casa, siempre estoy viajando. Mi casa es ahí donde hay un escenario y un estudio"-.

Duato sucede al frente de la Staatsoper al bailarín y coreógrafo ruso Vladímir Malakov, su amigo y fundador de la compañía berlinesa en 2004, con quien no quiere compararse porque dice ser "otra cosa".

Respecto a su compañía berlinesa, destacó su gran versatilidad, ya que sus bailarines son capaces de "bailar muy bien los dos estilos, tanto moderno como clásico", al tiempo que valoró su alto grado de "cosmopolitismo"e internacionalidad.

El paso a esa compañía le llega en un momento "de gran madurez", con 57 años y después de haberse retirado como bailarín hace un año.

"Me gusta ir despacio, sin atropellar", apunta, para concluir que tiene la "paciencia del señor ya más mayor"y con la seguridad de lo que hace, lo hace "bien".

Como dejó claro el presentar el programa, su intención es ir despacio en sus primeros meses e introducir pocos cambios: "cuanto más lento, más lejos llegas".

Los nuevos proyectos no se verán antes del verano de 2015; después de treinta años de carrera, dijo, ha comprobado que "si corres demasiado te caes", por lo que los próximos meses los dedicará a "observar"a su nueva compañía.

En su primer programa como director del Saatsballet se incluyen piezas clásicas que ya estrenó en San Petersburgo y en otros ballets con los que ha trabajado.

"Feliz"de llegar a Berlín, consideró que se trata del "mejor sitio en el que podía estar después de tres años en Rusia haciendo ballet clásico".

"Berlín está más próximo a mi carácter y a mi corazón", señaló el director, tras cerrar el año pasado su contrato con la Saatsoper, en la tercera ocasión en la que esta gran compañía se interesaba por contar con él en Alemania.

Con la garantía de que cuenta con libertad de creación total, el español señaló que quiere "trabajar empezando de cero"y que aspira a llevar al escenario uno o dos nuevos ballets cada año.

Duato mostró su interés en trabajar con coreógrafos que hacen cosas nuevas en el mundo del ballet y avanzó también que recuperará a Polina Semionova, primera bailarina del Saatsballet que dejó la compañía en 2012, antes de que concluyera su contrato.

El español, que subrayó que su sitio no es el despacho, sino el estudio corrigiendo a los bailarines, consideró que su carrera como coreógrafo crea una especial interacción con ellos, curiosos ante un director que hace nuevas propuestas.