Nunca hay suficiente Jarabe de Palo

Pau Donés cierra su año triunfal en Madrid y Barcelona y publica «20 años», una caja recopilatoria.

Descuelga el teléfono y pide perdón. «Un segundo, que tengo que echar una moneda a la secadora». Pau Donés está en Fresno (California) en la segunda parte de su gira estadounidense de este año. De esta entrevista hace ya unas semanas, y el catalán está entusiasmado con el curso que está a punto de terminar, que le ha llevado por innumerables ciudades de España y de América, incluidos miles de fans en Estados Unidos. «He cumplido 50 palos, he publicado un libro que no sabía qué iba a pasar con él, y también es el 20 aniversario de la formación de Jarabe de Palo. El disco estuvo varias semanas en lista y tendrías que ver cómo nos ha recibido la gente en EE UU, tan lejos de casa, en esta gira», enumera el compositor algunos de sus logros de este año. «Con todo el tema de mi cáncer estuve dos años sin subirme a un escenario y pensé que si podía volver para hacer 30 o 40 bolos ya estaría muy bien. Vamos a cerrar con 120. Estoy de puta madre», recalca. Este año, como él decía, ha publicado un libro y un disco homónimos, «50 palos», y Warner ha aprovechado para lanzar «20 años» una caja con 3 CD y 2 DVD. Para acabar este año, tiene planteados tres conciertos especiales: el martes, 26, en Madrid (La Riviera) con toda la banda, repasando los 20 años de carrera, formato que repetirá en Barcelona (Luz de Gas) el 28. En medio, el 27, en la misma sala de su ciudad natal, actuará con el otro formato, «50 palos», en formato trío, basado en las canciones de su ñultimo trabajo.

Con las enseñanzas de la enfermedad, Donés disfruta el doble la vida, hasta lavando su ropa de gira. «Y tanto. Puedes hacer la colada en el hotel, pero yo prefiero ir a una ‘‘laudry’’ de esas que salen en el anuncio de Coca-Cola y estar por aquí. Ahora te mando una foto para que lo veas». Cumplió su promesa, como pueden ver en la imagen. El músico está orgulloso si mira atrás de lo que ha conseguido. «Humildemente, creo que por lo menos ‘‘La flaca’’ está en la memoria sentimental de muchas casas de españoles, americanos y europeos. Estar en la educación de miles de castellanoparlantes es para mí la razón de la existencia de un grupo de música, transportar a la gente a un sitio mejor, reconfortar. Ser músico no es ser más rico o más exitoso o más guapo. Es compartir la vida». Así es como piensa terminar el año. Seguramente, descansará en 2018. «Esto es lo que quería. Yo tenía previsto todo este tinglado antes de la enfermedad incluso. Y me decía algo así como: ‘‘A los 51, paras, ¿vale?’’. Pero no. Tenemos muchas reservas para el año que viene, ¿y sabes qué? Las vamos a aprovechar. Porque no te puedo decir eso de que estoy hecho polvo y estoy cansado y no sé qué. Es todo lo contrario, ya no salgo, no bebo, me encuentro bien, me lo paso en grande en el escenario y que me quiten lo bailado. Ahora no es momento de perder el tiempo y solo hago cosas que me apetecen. Vivo de mi presente y esto es lo que me apetece. Resumiendo: el año que viene seguimos», amenaza. La incógnita es de dónde saca esa energía. «Es un cúmulo de cosas: la ilusión que le estamos poniendo y el resultado que conseguimos. Y luego hay otro elemento, porque después de las operaciones me quedé súper débil. Me encontraba en ese estado en que te cuesta ‘‘un huevo’’ ir de la cama al baño, pero después descubrí que el cuerpo empezaba a responder. Eso te da un subidón constante y mi cuerpo cada día está mejor, hago deporte, me encuentro bien». Pero hay un peso psicológico inevitable. «Yo llevo la muerte encima, y puede ser que la vida tenga para mi un sentido más poderoso. Estoy aquí y no sabes qué contento estoy. En cualquier momento podría no ser así, como cualquier persona, ojo, pero con el cáncer tienes algún numerito más en ese sorteo. Mientras esté, a vivir y a disfrutar y lo malo, fuera».

Su espíritu inquebrantable también ha ayudado a su faceta de superventas y su compañía durante diez años, Warner, lo sabe. «La edición de la caja es idea suya, sí. Y aunque yo me hice independiente hace diez años, y estoy mejor que nunca, tengo que reconocer que he tenido buenos compañeros de viaje entre las multinacionales. Y olvidarme de ellos sería una hipocresía, porque las compañías a veces son como son, pero están llenas de gente que se lo está currando. Warner tiene todo el catálogo y han hecho un esfuerzo importante de recopilación de material. Y les estoy agradecido a que hicieran conmigo el viaje la mitad del camino. Creo que la recopilación de la caja tiene sentido y encajaba bien en este momento de mi carrera».