Paco Arango: «Si nos meten un gol no puedo gritar porque le hundo el día a Batman»
El empresario, dueño de un bordier collie de cinco años, define a su can como un «superhéroe, sabe cuando estoy preocupado y es tan listo que solo le falta escribir en ordenador»
Muchos niños españoles, con cáncer, han disfrutado de campamentos de verano tras finalizar el curso. La Fundación Aladina no cesa de pensar en ellos. Este año han sido 219 menores los que han viajado a Barretstown (Irlanda) y a Dynamo (Italia), dos colonias llamadas, Serious Fun Children’s Network. Los gastos han sido 100% gratuitos y la experiencia inolvidable. ¿El responsable? Paco Arango: «La bendita culpa la tiene Paul Newman. Hay treinta y tanto campamentos de estas características por todo el mundo. Yo tuve la suerte de conocer a Newman y trabajar con él durate un tiempo, y realizamos este proyecto desde hace casi diez años. Allí se juntan chicos de todas partes de Europa y todo lo que ha sido “no” durante su vida se convierte en un “sí, adelante”. He visto niños a los que les faltaban las piernas a lomos de otros que están mejor, corriendo como desesperados». Además, Paco sigue con fuerza para continuar dirigiendo. Su última locura: una comedia titulada «Los Rodríguez y el Más Allá», que se estrena el próximo octubre: «Es una aventura disparatada. Trata de una familia muy normal, mexicana-española, como la mía, que un día descubren una puerta en el trastero de la casa, ¡que da a otro planeta porque el abuelo difunto provenía de ese lugar! El nieto la abre y se lía parda (risas)». Al comenzar a hablar de su perro, Batman, se le ilumina la cara: «Cumplió 5 años en octubre –mi compañero canino, anterior, vivió 18– y hoy es mi cómplice de vida. Yo quería un Border Collie, en especial, porque es el perro más listo que hay. Después del delfín y el mono, es el animal más inteligente que conozco. También es importante que tenga un buen carácter, Batman es un perro ovejero y sabe cuidar de los suyos. Es hipersensible y está tan apegado a mí que, si nos meten un gol no puedo gritar o decir un taco porque le hundo el día. Ha salido en dos de mis películas... Es extraordinario. Le falta escribir en el ordenador. Si tuviera dedos lo haría. Él es un superhéroe sabe cuando estoy preocupado. Y si vengo con el corazón roto porque se me ha ido un niño, me da cariño... Pero lo más fuerte que me pasó es cuando un día, a las 3 de la mañana, teníamos a un chavalín muy enfermo, y me despertó. Llegué a tiempo para despedirme gracias a él. Mi perro tiene un sexto sentido... y notó que me había acostado con la preocupación», resume Arango, quien continúa: «Por una sonrisa de él, doy todo lo que soy... porque él se la da a mis niños, los mismos por los que tengo el corazón roto en más de 1.500 pedazos. Aunque cada día, los que resisten, me curan. Tengo mucha fe y siento que nos miman desde arriba los pequeños que se han marchado. Batman y yo lo sabemos, ¿a que sí, guapo?».