Música

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¿Qué más nos puede enseñar Bob Dylan?

Esta vez trae un espectáculo, presuntamente íntimo, en el que hace una relectura de clásicos americanos

El cantante tiene tres citas en el Auditorio Nacional de Madrid a partir de hoy
El cantante tiene tres citas en el Auditorio Nacional de Madrid a partir de hoylarazon

Esta vez trae un espectáculo, presuntamente íntimo, en el que hace una relectura de clásicos americanos.

Vuelve de nuevo Bob Dylan a tocar en nuestras ciudades y lo hace en esta ocasión trayendo un Nobel en su curriculum. Eso no cambia mucho las cosas. Nadie feliz y confiado cree en supersticiones, fantasmas, astrologías, telepatías y, mucho menos, en premios Nobeles. Y es que en el arte no hace falta creer, simplemente perdura por el placer intelectual que nos da. Debe saberlo bien el judío de Minnesota porque no se resigna, a sus más de setenta años, en permitir que lo encasillen en su vieja figura de cantautor. Esta vez trae un espectáculo, presuntamente íntimo, en el que hace una relectura de clásicos americanos. ¿Los clásicos de la tradición folk americana que harían feliz a un abuelo de Podemos? Mmm... me temo que no. De la misma manera que ha renunciado al atrezzo de la guitarra acústica y la armónica para huir de su silueta de redentor del Greenwich Village, Dylan ha elegido clásicos del gran libro de la música sentimental americana para tocarlos a su manera e interpretarlos con su voz rasposa de abuelo sardónico. Pica la curiosidad por saber cómo esa voz nasal y expresiva puede enfrentarse en directo a temas que han cantado Frank Sinatra, Bing Crosby y grandes «crooners» de los años treinta y cuarenta. Lo que está fuera de toda duda es que la banda que lo acompañará será de lujo. Por tanto, solo por esa inquietud de excitar la curiosidad artística podemos concluir que el Nobel y todo lo que le rodea no ha afectado demasiado a Dylan. Nadie piensa que quiera convertirse en un «crooner» a su edad; sobre todo porque la misantropía que cultiva es lo más contraindicado para un proyecto de ese tipo. Lo único que sucede es que a Dylan le siguen preocupando e interesando las canciones (esa pequeñas joyas de artesanía sonora) y ésa es la mejor noticia. La inquietud artística de Dylan me parece que, a la vista de sus decisiones, es innegable que persiste y que está ahí. Así que, por muchos años que cumpla, no nos descuidemos. Cualquier día nos sorprende interesándose por el tecno.