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Sexo explícito y sentimientos en la primera novela de Raquel Sánchez-Silva

La presentadora Raquel Sánchez-Silva debuta en la novela con la historia una mujer "íntimamente destemplada"que vive entre "sexo explícito"y sentimientos "puros y hermosos", retrato de una mujer que ella no quiere ser, pero que le ha ayudado salir "del bucle de dolor"en que ha vivido últimamente.

En "Mañana, a la seis", título de su primera novela, hay "alguna pincelada"de su infancia, explica la periodista en una entrevista con Efe en la que, inevitablemente, las referencias personales que incluye una obra de ficción, muy habituales en una primera novela, salen pronto a relucir, porque en estos días se cumple el primer aniversario de la muerte de su esposo, el cámara Mario Biondo.

Lucía, la protagonista de su novela, forma con César, triunfador del mundo digital, una aparente feliz pareja, pero el rechazo sexual de él la hará buscar nuevas experiencias en los brazos de un enigmático hombre que controla de forma irresistible todos sus encuentros sexuales.

"Lucía es la mujer que no quiero ser, porque es una kamikaze que se lleva muchos disgustos", dice la autora sobre su protagonista, que vive rodeada de mujeres de fuerte personalidad: su madre, Aurora, postrada en una cama con una grave enfermedad, y al cuidado de Gloria, que pasa su tiempo "escuchando los sonidos del universo".

En su vida también confluyen una camarera, Marisol, una vecina exuberante y vividora, Alicia, y un gato, León, su compañero más fiel y con el que cree que se comunica telepáticamente.

De todos estos personajes de "Mañana, a la seis"(Planeta) se queda con el de Aurora, "que es mi madre, mi abuela y lo que quisiera ser yo misma", apunta la autora.

"Se ha hablado tanto de mí que lo último que quería hacer era hablar de mí, mi vida era tan triste que no quería hablar de ella, hubiera transmitido mucho dolor, y me parecía egoísta", apunta Sánchez-Silva, quien ha optado por contar una historia "positiva, alegre, mirando bien a la vida".

Un trabajo al que se puso hace tres años y que concluyó en Honduras, en plena emisión del programa "Supervivientes", un "pequeño lío"en el que le costó más de lo que pensaba ensamblar las "tres novelas en una"que forman su parte sexual, familiar y romántica.

"Hay partes de sexo bastante explícito y otras de sentimientos puros y hermosos, como el amor hacia la madre, lo más romántico y lo más lírico, ¿por qué no?. La vida es así", dice una siempre risueña Raquel Sánchez-Silva, que entiende la comunicación como "algo positivo, el dolor es para compartirlo solo con los tuyos".

De igual forma que su vuelta a televisión, la autora explica que escribir le ha permitido "salir del bucle de dolor"en el que ha vivido en la última etapa de su vida, "tomar distancia"y darse cuenta de que "hay personas a tu lado por las que merece la pena estar bien".

En "Mañana, a la seis"hay también un "thriller tapado", al que dan aire los personajes masculinos, porque, aunque se trata de "un libro muy femenino", a su autora no le gusta el concepto de "literatura para mujeres", y apunta: "Hay que meterse en el campo del otro y explorar".

En su caso, escribir le ha permitido "ver otras realidades, como la maldad o la traición, con distancia, pero sabiendo que esta observación de comportamientos te pueden servir para la vida".

En su novela hay una parte que sí ha vivido directamente en los últimos meses, la de la exposición a las redes sociales.

"He escrito ese capítulo muy a conciencia, porque hay una parte de mí que está muy enfadada con las redes, porque aquí se están cometiendo delitos, como el acoso y la difamación, y estamos desprotegidos ante eso", considera.

Pero, aún así, cree que en las redes hay muchas más cosas buenas que malas, y de ellas ha recibido también "mucho cariño y apoyo", y apunta que seguirá siendo "un instrumento"en su vida, a través del que "llevar y recibir el cariño de muchas personas".

Ahora, alejada de momento de la televisión, le toca defender a su "bebé", como llama a su novela en la Feria del Libro de Madrid, con gran "ilusión"aunque "aterrada"ante la expectativa de encontrarse cara a cara con los lectores