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cultura
El milagro Mozart, la obra maestra de un genio de 14 años
El Teatro Real presenta por primera vez escenificada sobre sus tablas «Mitridate, re di Ponto», del compositor austriaco

Apenas tenía 14 años cuando Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791), ante el desprecio de algunos de los cantantes y músicos que no podían creer que un adolescente austríaco pudiera entender los artificios del texto y la complejidad de la escritura vocal operística, compuso en Milán «Mitridate, re di Ponto» con libreto de Vittorio Amedeo Cigna-Santi, basado en la traducción al italiano de Giuseppe Parini de «Mithridate» un intenso drama de Jean Racine. Contra todo pronóstico, la ópera estrenada en Milán durante el carnaval de 1770 deslumbró y agotó el aforo durante un mes en el Teatro Regio Ducal. Con la madurez y belleza de sus arias, Mozart dejaba de ser el simpático niño prodigio exhibido por Europa para convertirse en un creador único con «doble personalidad», la artística, inconmensurable, y la personal, desconcertante.
Para Joan Matabosch, «sus papeles principales son endiablados, de una dificultad vocal estratosférica, y ese es uno de los motivos por los que se representa poco. Realizó la escritura vocal pensando en el máximo lucimiento de los cantantes, a los que quería llevar al límite, probablemente para demostrar que era capaz de ejecutar el encargo frente al escepticismo de algunos». Presentada en concierto, en el Teatro Real en 2005, vuelve 20 años después al coliseo madrileño en su primera producción escenificada, en coproducción con el Gran Teatro del Liceo, la Ópera de Frankfurt y el San Carlo de Nápoles, donde será representada posteriormente. Entre mañana y el 9 de abril, el Real ofrecerá diez funciones de «Mitridate, re di Ponto» con la propuesta escénica de Claus Guth y la dirección musical de Ivor Bolton.
La trama parte de Mitridate, rey de Ponto, que difunde la falsa noticia de su muerte para probar la lealtad de sus hijos Sifare y Farnace, ambos enamorados de Aspasia, su prometida. Esto desencadena una rivalidad política y amorosa. A su regreso, Mitridate descubre que Farnace conspira contra él y que Aspasia y Sifare se han enamorado y decide castigarlos. Derrotado, perdona al arrepentido Farnace y alaba la lealtad de Sifare, a quien entrega Aspasia como esposa. Un doble reparto los interpretará: Juan Francisco Gatell y Siyabonga Maqungo (Mitridate); Sara Blanch y Ruth Iniesta (Aspasia); Elsa Dreisig y Vanessa Goikoetxea (Sifare); Franco Fagioli y Tim Mead (Farnace); y Marina Monzó y Sabina Puértolas (Ismene), entre otros.
Dejarse llevar
Claus Guth confiesa que para aceptar una propuesta se deja llevar por sus sensaciones y al escuchar las dos primeras arias quedó cautivado, pero tras aceptar el encargo le entró miedo. «Me di cuenta enseguida de que detrás de esta ópera había una historia muy inspiradora en la que reconocernos». Y ahí empezó lo que llama «el milagro de Mozart, pensar que un niño de 14 años compuso está ópera, con toda la humanidad que tiene, la inspiración y el conocimiento psicológico de los personajes. Es la única vez que yo usaría la palabra genio», afirma. Para él, la obra tiene tres ámbitos de interés: «Primero, la familia, la figura de este padre y sus dos hijos, cómo reaccionan me resulta una fuente de inspiración. Otro ámbito que me interesa es el campo de la política. Cuando veo en las noticias a ese señor que dirige EE UU pienso que se puede establecer un paralelismo con Mitridate. La técnica es que sus acciones sean imprevisibles, de forma que dejen a todo el mundo descolocado, lleno de miedo, sin que nadie pueda hacer lo que debe hacer y siempre tenga que partir de la casilla de salida». En este aspecto, alguien le sugirió ver «Succession», la serie de televisión, «y realmente está ahí la historia –afirma el director–, no es algo desfasado con lo que no nos identifiquemos». De ahí que haya trasladado la trama a los años 60-70 del siglo pasado con la escenografía de Christian Schmidt.
El tercer ámbito para Guth es la mansión, en la que articula dos mundos diferentes, «el hiperrealista, que apela a lo familiar, al hombre poderoso traicionado por sus hijos, y el onírico, con el trasfondo edípico de la obra, más abstracto y filosófico, que remite al mundo del inconsciente». Dos espacios que conviven desde perspectivas antagónicas: «En Mozart siempre hay otra puerta que se abre a una realidad y no puede interpretarse de forma realista, por eso he buscado una escenografía distinta, la mansión abstracta representada básicamente por un muro blanco y un escenario giratorio donde doce bailarines interpretan ese lenguaje diferente que busco para hablar de temas irracionales, como las visiones, los sueños o los miedos de los personajes, pero, sobre todo, de la muerte, un tema recurrente en la obra», concluye.
- Dónde: Teatro Real, Madrid. Cuándo: hasta el día 9 de abril. Cuánto: de 22 a 407 euros.
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