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Teddy vuelve a la Audiencia

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Eduardo Bautista Niega conocer los 40.000 euros de gastos de la SGAE en prostitutas para «agasajar» a artistas «internacionales»
Eduardo Bautista, la cabeza visible de la «operación Saga» y el que fuera durante años el gran «hacedor» de la Sociedad General de Autores (SGAE), regresó ayer a la Audiencia Nacional para declarar en una pieza separada del macroproceso contra la entidad que presidió desde 1995 a 2011. En concreto, fue citado para testificar en el Juzgado Central de lo Penal sobre los gastos de 40.000 euros en locales de alterne efectuados con una tarjeta corporativa por el que fuera director de Relaciones Corporativas, Pedro Farré. Bautista negó estar al tanto del uso de la visa oro a la que Farré, como directivo de la entidad, tenía acceso, si bien manifestó tener conocimiento de una investigación interna para aclarar los cargos efectuados entre noviembre de 2008 y mayo de 2009, en que un total de 39.552 euros fueron abonados en distintos locales de alterne de Madrid capital y de localidades como Coslada y Alcalá de Henares. Según el ex presidente de la SGAE, el director del área financiera, Ricardo Azcoaga, le informó exclusivamente de que «existían los soportes documentales» de dichos gastos, es decir, las facturas con los cargos realizados, por lo que no fue advertido de «gastos injustificados» ni de la naturaleza de los mismos «hasta que apareció en la prensa» en el año 2011.
Azcoaga, acusado de encubrimiento, declaró el pasado martes ante el juez José María Vázquez Honrubia que Bautista dio el visto bueno a los gastos después de haber iniciado una auditoría interna tras «oír algún comentario sobre la nocturnidad» de los cargos. A este respecto, el principal imputado, Pedro Farré, acusado de apropiación indebida y falsedad en documento mercantil, –por lo que la Fiscalía pide cuatro años y diez meses de prisión–, manifestó que los 40.000 euros que gastó en siete meses no fueron para uso personal, sino dentro de su cometido de «agasajar» a personajes «estratégicos» para la entidad, como, según ejemplificó, «el actor español más internacional y el músico más internacional ganador de un Oscar». Sobre el uso de la tarjeta, dijo, «nadie reclamó nunca nada».
Bautista señaló que el control de las tarjetas, cuyo tope mensual era de 6.000 euros, se efectuaba cada trimestre y que en ningún momento se trató el asunto de los gastos de Farré dentro del consejo de dirección. Asimismo, manifestó que la salida en 2009 de Farré del cupo de directivos le fue trasladada como una cuestión de «motivos personales, pues quería irse a Estados Unidos» a pesar de que el despido fuese cursado como improcedente. Tras la salida de Farré de la SGAE, aparecieron 14.000 euros de gastos que carecían de comprobante. En cuanto a esta partida, Bautista mantuvo que no había sido informado y que el propio funcionamiento de la entidad lo hacía innecesario al tratarse de una cantidad ínfima «para una sociedad que trabaja con un volumen de 100 millones». Bautista definió a Farré como un trabajador «correcto, muy profesional y eficiente».
El ex presidente de la SGAE abandonó la sociedad en 2011 tras saltar a la luz pública el caso de corrupción englobado en la «operación Saga». El 1 de julio de aquel año, justo al día siguiente de volver a alzarse con la reelección al frente de la entidad, fue detenido y puesto a disposición judicial. El 3 de julio fue puesto en libertad sin fianza e imputado de tres delitos: societario, apropiación indebida y administración fraudulenta. Se le retiró el pasaporte y se prohibió su salida del país. Actualmente, a sus 71 años de edad, cobra una pensión mensual vitalicia de 26.000 euros.