San Fermín

El arte del toro se aprende en familia: así fue la segunda jornada educativa en Pamplona

La plaza de toros se convierte en aula abierta con maestros del recorte y el rejoneo en una jornada lúdica y formativa

El arte del toro se aprende en familia: así fue la segunda jornada educativa en Pamplona
El arte del toro se aprende en familia: así fue la segunda jornada educativa en PamplonaFeria del Toro

La tauromaquia no solo se hereda: también se enseña, se explica y se comparte. En pleno corazón de San Fermín, Pamplona ha vuelto a demostrar que el arte del toro tiene espacio para todos, incluso para los más pequeños. La segunda sesión de "Toros en familia", celebrada este viernes 11 de julio, ha ofrecido una combinación perfecta de espectáculo, formación y participación.

El coso pamplonés, con una excelente entrada, acogió una demostración de rejoneo a cargo de Pablo Donat, guiado desde el callejón por Guillermo Hermoso de Mendoza, referencia indiscutible del toreo a caballo. Su participación no solo se limitó a la dirección técnica: su presencia dotó de peso y rigor una actividad con vocación claramente didáctica.

Además, los reconocidos recortadores navarros Iker Monreal y Sergio Valle se encargaron de mostrar su dominio en la lidia a cuerpo limpio, ejecutando distintas suertes y explicando su técnica con claridad y cercanía. Su papel fue clave para que los asistentes —especialmente los niños— comprendieran la riqueza de esta vertiente del toreo que, muchas veces, escapa del foco mediático.

Las reses, procedentes de la ganadería de Macua, ofrecieron el comportamiento ideal para un evento de estas características: manejables, nobles y adaptadas a una función donde el objetivo principal es el aprendizaje y la conexión emocional con el público joven.

"Toros en familia" se consolida así como una de las apuestas más sólidas de la Feria del Toro para acercar la cultura taurina a nuevas generaciones. En un contexto donde la pedagogía cobra cada vez más importancia, iniciativas como esta sirven no solo para entretener, sino para sembrar afición con argumentos, experiencia directa y emoción compartida.

En Pamplona, el futuro de la tauromaquia no solo se celebra: también se cultiva desde la infancia, con respeto, belleza y valores. ¿Se puede pedir más?